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Órgano Electoral

TSE destaca evolución del Padrón Electoral Biométrico

> Señalan que la evolución del padrón responde a una dinámica demográfica, tiene un elevado grado de inclusión en virtud a la disminución del subregistro electoral y se acerca a las proyecciones del INE


La evolución del padrón electoral en Bolivia.

Por haber superado dificultades técnicas y falta de coordinación en la base de datos de otras entidades a lo largo de la historia, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) destaca la evolución del padrón electoral a lo largo del tiempo y reitera la confiablidad que, además, cuenta con auditorías de organizaciones internacionales, desestimando mitos que se generan alrededor de su crecimiento.

Hasta 1989, los ciudadanos debían inscribirse en el padrón para cada elección, sistema costoso y poco seguro porque no existían mecanismos idóneos para garantizar la unicidad de registros. El padrón manual era base de los comicios.

Posteriormente, en la gestión de Huáscar Cajías Kauffman al mando de la primera Corte Electoral imparcial, en 1991 el país dio un primer salto cualitativo: la conformación de un padrón electoral informatizado en el que los ciudadanos tengan un registro único y definitivo.

El padrón electoral informatizado fue fundamental para constituir una memoria histórica y garantizar mayor inclusión y participación de los ciudadanos. Pero afrontó tres dificultades: las deficiencias del sistema de identificación personal, el Registro Civil con libros manuales y poca capacidad para las depuraciones de fallecidos.

Adicionalmente, la Corte Nacional Electoral tomó acciones para enfrentar el sub registro electoral por falta de documentos de identificación. Las Cortes Electorales ejecutaron masivas campañas entrega de certificados de nacimiento gratuitos en los lugares más alejados del territorio nacional a ciudadanos que nunca se habían inscrito.

En 2009, después de la aprobación de la nueva Constitución del Estado, se conformó un nuevo Padrón Electoral Biométrico (PEB) que incluye el registro de huellas dactilares y biometría facial de todos los ciudadanos habilitados para votar.

El Órgano Electoral avanzó en la disminución del sub registro electoral. Datos oficiales reflejan que el 97 por ciento de la población en edad de votar está inscrita en el padrón biométrico, cifras que reflejan resultados positivos sobre las políticas de documentación de la ciudadanía.

El Padrón Electoral Biométrico ha sido auditado por la OEA en 2017. El informe del proceso indica un alto grado de confiabilidad de la plataforma biométrica.

La actual Sala Plena ha dispuesto el cruce de datos con la base del Registro Civil y ha llevado adelante el saneamiento más importante de los últimos años. Ante una serie de dudas, el TSE habilitó los laboratorios de integridad electoral a organizaciones políticas, instituciones académicas y personas particulares. En ningún caso se presentaron observaciones que pusieron en entredicho la integridad del padrón.

MITO Y REALIDAD DEL PEB

Uno de los mitos sobre el padrón es el supuesto crecimiento “inusual” del Padrón Electoral Biométrico (PEB). El Tribunal Supremo Electoral (TSE) lo demuestra en el documento titulado “Evolución histórica del crecimiento del Padrón Electoral. Mitos y Realidad”, la evolución el PEB responde a la dinámica demográfica, tiene un elevado grado de inclusión en virtud a la disminución del sub registro electoral, y se acerca a las proyecciones del INE.

 
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