¿El coronavirus asumió posiciones definitivas?

Según estudios realizados por científicos de varias universidades de Inglaterra y Estados Unidos, la colectividad mundial “puede estar segura de que el coronavirus ha tomado posición en el planeta Tierra”. La explicación es que, así como múltiples enfermedades que el mundo cree erradicadas, de tanto en tanto reasumen posiciones y como virus –caso de las gripes– en cada año atacan y se desparraman por el orbe, tan solo dependiendo de las épocas o climas (invierno, especialmente) y causan tos, dolores en la garganta, catarros, dolores persistentes de cabeza y otros males que el hombre adquirió la costumbre de contraerlas y anularlas mediante la ingestión de medicamentos que ya tienen tradición.

El coronavirus, por ser enfermedad multisistémica (extensible rápidamente y en cantidad), se presentará en el mundo y éste, por costumbre adquirida, deberá enfrentarlo y con el estilo de gripes, dolores de estómago, malestares musculares, catarros ocasionales, dolores de cabeza, de muelas y otros, los irá superando; pero todos los males señalados y centenares de otros –muchos contagiosos ocasionalmente— dejarán secuelas y tendrán consecuencias o serán básicos para nuevas pandemias que vayan a presentarse con el correr del tiempo. Esta es realidad de la que la humanidad nunca se verá libre, no obstante que la ciencia, con científicos de ambos sexos que se sacrifican e investigan permanentemente, está en pos de conseguir remedios y vacunas. Pero la lucha en estos campos es indefinida.

La humanidad nunca encontrará reposo para sus angustias y tratará, por todos los medios, de paliar los males que sufra el ser humano. Lo importante sería encontrar las raíces y llegar a las causas que determinan la presencia de tantas enfermedades, cuyo listado no tendría fin. Y el único camino es que el hombre, sin distinciones, asuma la responsabilidad que tiene, adoptando las medidas preventivas que la ciencia médica aconseje. Que se tome conciencia de los daños que se causa, tan solo por indiferencias, nomeimportismos, incredulidad e irresponsabilidad de personas que no solo padecerán algunos de esos males, sino que en el transcurrir de sus vidas cumplen el papel de transmisores, y que por donde transitan diseminan muchos males que, aparentemente, no son contagiosos, pero en realidad contienen virus de múltiples especies que buscan asentarse en nuevas víctimas.

Es urgente que las autoridades de salud, conjuntamente las de educación, instruyan y hagan que se tome conciencia de la gravedad del mal que entre todos debemos vencer y no arredrarnos ante las dificultades que se encuentre en el camino de soluciones que se abrirá para la humanidad. No corresponden los desmayos y claudicaciones sino usar la fe y la voluntad con que Dios nos ha dotado, justamente para que aceptemos, luchemos y venzamos al mal.