Siguiendo la idea de alejarme del bullicio político, en gran parte mentiroso, inicié otra lectura, esta vez, tuve la suerte de encontrarme con una obra realmente genial de Julio Verne, uno de los clásicos de la literatura universal, "20 mil leguas de viaje submarino", cuya lectura se torna fascinante.
Dividiré este comentario en dos partes, la primera que tocaré hoy, la de los personajes y la próxima semana tocaré la trama misma que, como lo anuncia el título de la obra. es un recorrido largo por dos océanos y diversos puntos del planeta.
La trama comienza en 1866, cuando "desde hacía algún tiempo, varios barcos se habían encontrado en sus derroteros con una cosa enorme, con un objeto largo, fusiforme, fosforescente en ocasiones, infinitamente más grande y más rápido que una ballena".
Como quiera que este objeto había provocado daño a dos barcos mercantes, los gobiernos se dieron a la tarea de organizar una expedición con un barco mercante debidamente equipado para eliminar al monstruo, para lo cual se organizó un equipo humano que tuviera la tarea de responder a esa tarea.
Uno de los principales convocados para debatir el asunto fue el profesor Pierre Aronnax, quien tenía publicada una obra, en cuarto y en dos tomos, titulada “Los misterios de los grandes fosos submarinos”, que había tenido una gran acogida en el mundo científico. El mismo que, definida la tarea de ir en la pesquisa del monstruo, tomó la decisión de ser parte del equipo que formaba parte de la expedición, en respuesta a la invitación del gobierno de los Estados Unidos, los cuales armaron una fragata muy rápida, la Abraham Lincoln para esta tarea.
Aronnax a su vez solicitó a un ayudante suyo, de nombre Conseil, para que lo acompañara en esta gran aventura. Este asistente se caracterizaba por ser un empleado doméstico, abnegado, que lo acompañaba en todos sus viajes. Un ser flemático por naturaleza, puntual por principio, cumplidor de su deber por costumbre y poco sensible a las sorpresas de la vida.
El tercer personaje que destaca en esta historia era el comandante Farragut, que "era un buen marino, digno de la fragata que le había sido confiada. Su navío y él formaban una unidad, de la que él era el alma".
El barco no carecía de ningún medio de destrucción, pero tenía algo mejor aún. Tenía a Ned Land, el rey de los arponeros. Este era un canadiense de una habilidad manual poco común, que no tenía igual en su peligroso oficio. Poseía en grado superlativo las cualidades de la destreza y de la sangre fría, de la audacia y de la astucia. Cualidades con las cuales ningún cachalote podía escapar a su golpe de arpón.
Después de una larga travesía por los dos océanos, se da el encuentro con la nave que había causado el desasosiego de los navegantes, el Nautilis, la cual causa la destrucción del Abraham Lincoln y los tres personajes citados son rescatados por la tripulación de este barco y acogidos por el constructor, dueño y capitán de esta nave, el capitán Nemo, el personaje central de esta obra.
El capitán Nemo es un renegado de la vida sobre la superficie terrestre, así que, para no vivir sobre tierra, como tiene fortuna diseña ese extraordinario submarino y fabrica los materiales especiales que requiere un vehículo de esta naturaleza para resistir las grandes presiones de la masa marina pasada cierta profundidad. Lo ensambla en un islote, cerca al cual virtualmente no navegan las naves comerciales y se alimenta íntegramente de las especies que habitan los océanos.
En el siguiente artículo haré una síntesis de la aventura marina.
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