Propósitos para 2021

Habrá que confiar en que el presidente Luis Arce se proponga cambiar sus hábitos de manejo de los recursos del Estado ahora que ya no puede atribuir a su jefe por errores que comete.

Según Mauricio Ríos García, el presupuesto para 2021 se puede resumir en más deuda, más déficit, más gasto y más impuestos.

Aparte de eso, los propósitos que debería hacerse el presidente Arce para su gestión, incluso si durara cinco años, tendrían que incluir:

PETRÓLEO ORO ZINC Un aumento de precio de 20 % en un mes, la llegada de las primeras dosis de vacunas en Estados Unidos y algunos países en Europa han llenado de esperanza al mercado del petróleo. Los expertos consideran que la demanda se recuperará en 2021 y han empezado a invertir en empresas petroleras, inclusive las norteamericanas que fueron las más afectadas por la pandemia porque tienen costos de producción mucho más altos que el promedio. Este año, el precio del oro cerrará con una ganancia de más de 28 %, tras llegar a su récord de todos los tiempos a mediados de año. La pandemia desató una corriente de inversionistas que buscaban el oro como refugio de los efectos de la pandemia, sobre todo cuando aún no estaba claro cuáles serían los sectores más afectados. Ahora los inversionistas empezaron a vender su oro para buscar negocios que crecen a pesar de la pandemia. El recio del lingote de zinc, con una pureza del 99,995 %, en el mercado nacional chino de Shanghái, alcanzó su máximo de los últimos 19 meses a pesar de que las compras en ese país incluyen un IVA de 13 % a partir del 11 de diciembre. El alza en el precio del zinc y otros metales industriales es una respuesta directa al optimismo en los merados de producción por la llegada de las primeras vacunas que se distribuyen en los países desarrollados.

* No autorizar (como él lo hizo desde su cargo de ministro) la construcción de un palacio de 7 millones de dólares para marcar el lugar donde nació el presidente de entonces. Si algún ministro suyo le propusiera hacer lo mismo para halagarlo, deberá rechazar la idea.

* Descartar la contratación de nuevos 4.500 empleados para la empresa Huanuni (como debió hacer en 2006 en sus funciones de ministro), a pesar de saber que 700 eran más que suficientes.

* Usar los estudios de factibilidad que ordena la ley para aprobar proyectos de inversión, y de esa manera:

- descartar nuevas inversiones multimillonarias en la región de Chapare, rompiendo de esa manera su costumbre de aprobarlas sin chistar desde el Ministerio de Economía.

- Como fue el caso de la planta de Bulo Bulo, que le costó 930 millones de dólares al país, sin contar con las sobras y herramientas que trajo la Samsung y por las que cobró 40 millones adicionales.

- Y las fábricas de papel o cartón, aunque no de sillas de plástico.

- Rechazar la construcción de otro aeropuerto "internacional" en esa zona, por más de 40 millones de dólares, como el de Chimoré, y que solo sirvió para que unos aviones militares bolivianos y venezolanos llevarán droga hasta Venezuela, como denunció el periodista Leonardo Coutinho.

- Si puede, y se atreve, que haga una auditoría de la coca para saber cuál es la que se consume en el acullico y cuál va al más grande negocio no cibernético del momento en el mundo, según dice El País de Madrid.

* Además, debería proponerse pedir a la Contraloría que interrumpa su triple quinquenio sabático y se ponga a trabajar, después de limpiar todas las telarañas de sus escritorios y oficinas.

* Quizá lo más difícil le resulte despedir a los 300.000 nuevos empleados públicos contratados con su aprobación y que forman parte del excesivo gasto público.

* Cuando tenga que viajar al exterior, incluso en vuelos comerciales, deberá pedir permiso al parlamento, como dice la CPE y como no hizo el cocalero Morales.

* Deberá preparar las explicaciones para el momento en que el país deba importar gas natural debido a los errores que él aprobó como ministro.
Tiene dos años para practicar.

El gobierno mantiene su decisión de aplicar un impuesto extraordinario a las grandes fortunas, atemorizando y ahuyentando a inversionistas nacionales y extranjeros.	Y al mismo tiempo propone un plan de sustitución de importaciones, para lo que, casualmente, se necesitan inversiones, como las que ahuyenta con su política tributaria.