Orlando Espejo Aragon
La educación a nivel mundial y en particular en nuestro país por causa de la pandemia viene atravesando algunos cambios estructurales de manera constante. Es de gran importancia crear estructuras de desarrollo y clima organizacional que faciliten la coordinación de las actividades y el control de las acciones de todos sus integrantes. Cada decisión, proyecto y programa que se asume y se ponga en práctica, debe ser siempre el adecuado, que permita a una unidad educativa proponer sus políticas, procedimientos y reglas, de modo que el accionar de la organización se acerque lo más posible a sus objetivos y metas, los cuales deben ser claros y precisos, que repercutan positivamente en la comunidad educativa.
Se dice que un clima organizacional implica nuevas concepciones que tienen el propósito de comprender el papel fundamental de una organización, que plantean un análisis sobre las prácticas correspondientes, que hoy es fundamental comprender que el papel de la organización no sólo se reduce al acto de transmitir información, sino que conlleva un propósito aún más fuerte, que es el de la interacción social. Como en todo ámbito o institución se tiene como meta alcanzar los objetivos a mediano y largo plazo, llegando a los altos niveles de productividad. En ese entendido, la organización es un conjunto de personas que en ella trabajan y están en constante cambio. Cuando se revisa y modifica los objetivos, se establece otros nuevos, se crea nuevos propósitos y se reestructura los obsoletos; las personas dejan la unidad educativa o cambian de cargos; nuevas personas son admitidas; los productos sufren variaciones profundas; la tecnología avanza inexorablemente, las personas también se desarrollan, aprenden cosas nuevas, modificando sus actitudes, desarrollando nuevas motivaciones y creando nuevos problemas.
En el campo educativo, el clima organizacional es una tarea recientemente trabajada, se podría decir que se basa en conceptos y métodos de la ciencia del comportamiento. Se mira a la organización como un sistema total y se compromete a mejorar la eficacia de la comunidad educativa a largo plazo, mediante intervenciones constructivas, productivas en procesos y estructuras organizacionales. Existen muchos cambios en los enfoques de numerosos autores y cada uno de ellos desarrolla una tecnología diferente y específica, que permite combinaciones variadas, de acuerdo con las problemáticas. Ante esta situación se debe considerar realmente que:
El clima organizacional es un factor importante en la satisfacción laboral de los trabajadores. En la medida en que un trabajador desempeñe su labor en un ambiente favorable, es decir, con buenas relaciones laborales, políticas organizacionales, prácticas comunicacionales, procedimientos administrativos eficientes, oportunidades de crecimiento profesional y otros, se sentirá satisfecho y motivado para hacer su trabajo de mejor manera. En este sentido, se asume que un clima organizacional óptimo es una condición para que los docentes puedan mejorar su desempeño, así como sentirse satisfechos con el trabajo que realizan. Pero, además tendrá incidencia en el bienestar de las familias y la sociedad. Ernesto García señala que el beneficio resultante de la aplicación de políticas o programas que promuevan un buen clima organizacional, se ha de manifestar en una mejor calidad de vida laboral, la cual se hará extensiva a la familia de quienes trabajan en la organización y a la sociedad en general.
El autor es docente en la Unidad Educativa Eduardo Avaroa.
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