Ante anuncios de nueva ola de rebrotes
> La inversión pública es menor a la programada en los últimos tres años
El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) dependerá del contexto internacional y del curso que tenga el Covid-19, debido a los anuncios de nueva ola de rebrote que registra Europa, lo que postergará la reactivación de los países industrializados, por consiguiente la demanda de materias primas, pero China sería la excepción.
El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, estimó que en 2021 será un año con mejores condiciones para retomar el crecimiento económico, siempre y cuando el contexto internacional no cambie y no se tengan mayores efectos negativos producto del rebrote de la pandemia del Covid-19.
La modificación al Presupuesto General del Estado (PGE) 2021 proyecta una tasa de crecimiento del PIB de 4,8 % impulsado por la inversión pública, las medidas económicas orientadas a dinamizar el mercado interno y la inversión privada, señala la nota de prensa del Ministerio de Economía.
El Presupuesto General del Estado 2020 perfiló un crecimiento de 4,24 % y una inflación de 3 %, y un precio del petróleo de 51 dólares, pero la pandemia y el confinamiento desaceleró la economía nacional e internacional, y paralizó la actividad productiva.
Pero con las revisiones que hicieron el Banco Central de Bolivia y el Ministerio de Economía y finanzas Públicas, a mediados de gestión, el crecimiento se vino abajo, y la se instaló la recesión según el Índice Global e Actividad Económica, que estimó -11 %.
El PGE 2021 establece una inversión pública por 4.011 millones de dólares, de ese monto el 36,2 % se destinará a proyectos de infraestructura como transportes, comunicaciones y recursos hídricos; mientras que el 34,9 % será para el sector productivo para impulsar proyectos estratégicos como energía, agropecuaria, minería, industria, hidrocarburos, turismo; en tanto, que el 24,9 % se destinará al sector social y 4 % se asignará a proyectos multisectoriales, señala la nota.
De acuerdo con datos del PGE del 2018 y 2019, así como del 2020, el presupuesto de inversión pública bajó, y tanto la cifra de las últimas gestiones son similares, una de las razones obedece a la merma de recursos por efecto de los precios bajos de las materias primas.
En función al contexto internacional, marcado por la pandemia del Covid-19, el incremento de la inversión pública, el paquete de leyes económicas y la dinamización del mercado interno, se perfila un año con recuperación y crecimiento económico, afirma la nota.
Mientras los empresarios señalan que por rebote el crecimiento del 2021 estará entre 3% a 4%, debido a que este año se registrará una recesión dura de la historia del país, comparado sólo con después de la guerra del Chaco y la de 1957.
Entre tanto, los organismos internacionales proyectan un crecimiento económico mayor del previsto por el Gobierno boliviano, por ejemplo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia crecerá en 5,2 % y el Fondo Monetario Internacional (FMI) perfila una expansión de 5,6 %.
“En la medida que en el mundo puedan cambiar las perspectivas por el Coronavirus, pero por el momento no debemos pensar que el próximo año sea catastrófico, es un año esperanzador porque hay muchas posibilidades de volver a crecer y rearmar la economía”, proyectó el Ministro durante una entrevista con Fides Tv.
Los empresarios también señalan que el inició de la vacuna genera esperanza para la recuperación de las economías desarrolladas, ya que impulsará la economía y la demanda de materias primas.
PAQUETE DE LEYES
ECONÓMICAS
“Hay una serie de medidas que ayudarán a reconstruir la economía, varios decretos que fueron abrogados porque obstaculizan el crecimiento, a partir de aquello hemos tomando nuevas medidas urgentes que tienden a reactivar la demanda interna y la oferta”, explicó el ministro.
Sin embargo, la protesta de los exportadores y de los productores de soya no se dejó esperar por la eliminación de la libre exportación, y la imposición de los certificados.
Una de las primeras medidas fue la habilitación del pago del Bono contra el Hambre, con créditos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, que asciende a un poco más de 600 millones de dólares.
También está la puesta en marcha de dos fideicomisos para otorgar créditos productivos y apoyar a las empresas.