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INTELIGENCIA EMOCIONAL



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RECORDEMOS QUE...

La inteligencia emocional es la habilidad humana para identificar, expresar, comprender, gestionar y transformar las propias emociones y las de otras personas. Este tipo de capacidad intelectual se puede desarrollar y potenciar a lo largo de toda la vida.

La importancia de educar y autoeducarnos en y con inteligencia emocional

La inteligencia emocional (IE) es un conjunto de habilidades relacionadas con la correcta gestión de las emociones. Como ya se mencionó en números anteriores, las emociones son el conocimiento acerca del resultado de un complejo proceso de evaluación psicológica de nuestra situación y nuestras posibilidades que nuestra mente realiza en un momento dado.

Es bien sabido que las personas, a cualquier edad, utilizamos las estrategias más diversas con el único propósito de anular o ignorar nuestros sentimientos lo cual no favorece en lo absoluto la adquisición de las habilidades que comprende la Inteligencia Emocional. Los psicólogos y los profesionales de la salud mental insisten en la importancia que tiene, para un desarrollo emocional integro, tanto ser conscientes de lo que sentimos como la aceptación de nuestros sentimientos sin pretensión de ocultarlos.

Por otro lado, la conciencia emocional es el soporte para la formación de habilidades socio-emocionales como la empatía o la resolución de conflictos interpersonales. Conocer y entender las emociones ajenas son elementos íntimamente unidos a las personas empáticas, así mismo, la empatía se torna imprescindible para conseguir una adecuada y satisfactoria resolución de conflictos interpersonales.

En ese sentido, teniendo en cuenta que la inteligencia emocional está relacionada con las habilidades sociales y la empatía no es de extrañar que sea de gran relevancia para el modo en cómo nos relacionamos. Las personas que tienen una mayor inteligencia emocional son capaces de establecer relaciones más satisfactorias e íntimas con los demás. Además, al hacer una mejor gestión de sus emociones, se muestran comprensivos y empáticos con las demás personas.

Es importante que los padres eduquen emocionalmente a sus hijos para que éstos sean adultos con autoestima saludable, asertivos y empáticos.

Los humanos somos seres sociales y no podemos evitar las relaciones con los demás, la interacción es necesaria y no solo eso, sino que además nos permite desarrollarnos, enriquecernos y conocernos mejor a nosotros mismos. Por todo esto las relaciones sociales son de gran importancia para todos nosotros. Se trata así de una fuente imprescindible para nuestro bienestar y nuestra felicidad. Pero, ¿todas las relaciones sociales son buenas? Gracias a la inteligencia emocional aprendemos a decidir con qué tipo de personas queremos estar, para que haya una reciprocidad en cuanto al respeto y la valoración personal.

Al ejercitar los elementos básicos que componen la inteligencia emocional, sobre todo los que están relacionados con las habilidades sociales y la empatía, aprendemos a relacionarnos de una forma sana y constructiva en beneficio de nuestro desarrollo personal.

El hecho de trabajar las emociones y mejorar la capacidad de toma de decisiones y las relaciones sociales, además de tener efectos positivos en cualquier ámbito de nuestra vida, incluyendo la salud física, ya que muchas dolencias tienen su raíz en problemas emocionales como el estrés, la ansiedad o la frustración.

Estas mejoras en la calidad de vida pueden lograrse ya desde etapas tempranas y por consecuencia, el propio rendimiento escolar se ve también favorecido. Si los jóvenes conocen su valor intrínseco, reconocen sus limitaciones y son empoderados a hacer las cosas de una forma diferente para mejorar sus resultados, trabajarán mejor y reducirán su necesidad de satisfacción inmediata.

 
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