Protocolo
Muchas tradiciones para el último día del año, entre ellas la cena, y no es una cena cualquiera, debe ser cerdo pues simboliza la abundancia por estar rebosante de carne, lo opuesto al pollo que si comparamos no hay dónde perderse y ni qué se diga del pescado.
Por supuesto y como en todo, estas costumbres son distintas en cada país, inclusive depende de la región en la que nos encontremos. Por ejemplo, en algunas regiones de España la comida mediterránea es la preferida para la ocasión.
Otra costumbre que no puede faltar es la de las 12 uvas; cada una de ellas representa un mes del año y al momento de ingerirlas, se debe pensar en el mes y en un deseo, ojo que no es comer por comer… debe ser justo a la medianoche de lo contrario ¡no funciona!
En España, la Nochevieja como le llaman, también tienen la costumbre de comer las 12 uvas; una con cada campanada que da el reloj de la Puerta del Sol en Madrid a las 12 de la noche del 31 de diciembre.
Para los más agiles y aventureros, también está la costumbre de subir gradas con valijas y pasaportes en mano. Esto permitirá que dentro del nuevo año haya viaje, ¿a quién no le gusta viajar?
Posiblemente lo más común además de práctico sea contar billetes, evidentemente mientras haya dinero se podrá programar cualquier viaje, y para muchos con él se puede comprar lo demás… lo cierto es que mientras haya salud lo demás es secundario.
Sin embargo, lo más común para la ocasión es el infaltable brindis, no importa la región ni el país, todos brindan justo a la medianoche.
El brindis es la manifestación de nuestros buenos deseos, brindar es el augurio del éxito, felicidad, alegría y salud para el año que llega.
¿Pero quién hará el brindis?
Saber algunos detalles de etiqueta puede ayudarnos a realizar el brindis de una manera adecuada en el lugar y momento preciso, además, nos permitirá lucir como un anfitrión o invitado de lujo por lo que es recomendable saber qué está bien y que no está bien hacer durante el brindis.
Para comenzar, lo primero que debemos saber es que la persona que tiene el honor de realizar el brindis siempre es el anfitrión. Normalmente es realizado después de los postres si hablamos de una cena ya que es cuando se sirve el vino espumante.
Hacer un tintineo con uno de los cubiertos contra la copa como si de una campanilla se tratara para llamar la atención de los presentes intentando indicar que ser hará el brindis, puede ser interesante y tal vez moderno en las películas anglosajonas, más nada apropiadas ni elegantes fuera de la pantalla grande.
Por supuesto que, por una simple cuestión de respeto, los asistentes deben mantenerse de pie y en silencio mientras el anfitrión está realizando el brindis… nunca falta un listillo que interrumpe con alguna broma.
No es correcto beber mientras el anfitrión no haya concluido el brindis. Por otra parte, el brindis pronunciado por el anfitrión debe ser breve ya que no se trata de un discurso, debe ser pronunciado mirando a los ojos de los invitados para que finalmente levantando la copa hasta la altura de los ojos (no más) se diga ¡Salud!
Aunque muchas personas tienen la costumbre de chocar las copas y algunas páginas de internet así lo sugieren, es suficiente con alzarlas y hacer un discreto movimiento con la cabeza y un ligero gesto con la mirada hacia a los invitados. No está bien visto y no es nada elegante por mucho que se trate de un entorno familiar o de confianza, sino… ¿para cuándo guardamos los buenos modales?
Sobra decir que el famoso “chin chin” no es nada elegante además de ser de muy mal gusto.
La elección de la bebida debe ir de acuerdo con la ocasión, sin duda la llegada del Año Nuevo merece un champagne o cava, en actos menos formales podemos hacerlo con un buen vino espumante, incluso alguna bebida sin alcohol pues hay quienes no beben y de ninguna manera están obligados a hacerlo, un buen anfitrión jamás te asechará preguntado las razones por la que no bebes, simplemente te ofrecerá alguna otra bebida.
No olvidemos que antes y después de beber, debemos limpiarnos los labios con la servilleta para no dejar ningún rastro o marca en el borde de la copa, con mayor razón las damas que utilizamos el pintalabios, ojo que no es necesario estropear la servilleta, que siempre debe quedar lo más prolija posible.
La copa debe estar siempre limpia, transparente e impecable, por lo que, si tenemos las manos con restos de comida, es mejor limpiarlas de la misma manera con la servilleta antes de coger la copa, de lo contrario dejaríamos una muy mala impresión dejándola llena de huellas digitales.
La manera correcta de beber de la copa es inclinando sobre los labios sin necesidad de sorber haciendo ruidos extraños y nunca echar la cabeza hacia atrás ¡empinando la copa!
La copa solo tiene un propósito, es para beber, por tanto, no debe ser utilizada como instrumento musical... algunas personas toman el cuchillo y empiezan a seguir el ritmo de la música o bien cuando desean llamar la atención para hacer un brindis como lo mencioné líneas arriba.
Si deseamos tomar una bebida y por alguna razón no tenemos la copa adecuada, es recomendable solicitarla de manera muy discreta al personal de servicio, será mucho mejor que servirnos el vino en una copa flauta de champagne, de cualquier manera, un buen anfitrión no permitirá llegar a ese extremo; sin embargo, puede suceder.
Las copas al igual que la servilleta y los cubiertos, no pueden ser compartidas ni por gentileza, tampoco es bueno trasvasar líquido de una copa a otra. Si hay un cambio de bebida, también se debe cambiar la copa, con seguridad son detalles que el anfitrión habrá tomado en cuenta.
¿Sabías que la mayoría de las copas se sujetan por la espiga?
Pues si... nunca debemos sujetar la copa por el pie ni por el cáliz, salvo que seas un experto catador lo harás por el pie, pero jamás por el cáliz, en todo caso la única copa que se toma por el cáliz es la copa de coñac o brandy para templar y/o mantener la temperatura del contenido.
Por último, el "dedito volador" de ninguna manera es símbolo de fineza o distinción así que el menique como los demás ¡deben guardar su posición!
Mi mayor deseo es que este nuevo año llegue con mucha salud y bendición para todos, que nuestros proyectos se hagan realidad y permitan reactivarnos en todo aspecto. Recibamos este año con el mayor positivismo y despidamos al anterior sin resentimientos, no olvidemos que Dios obra por senderos misteriosos.
¡Feliz y bendecido Año Nuevo 2021 para todos!
Georgette E. Bretel de Aliaga
Escritora y experta
Ceremonial, Protocolo,
Etiqueta y Comportamiento Social
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Gebreteldealiaga.blogspot.com