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[Humberto Vacaflor]

Análisis económico

Cuenta nueva


Al comenzar este año se hace imperante aplicar aquello de "borrón y cuenta nueva" en el caso de las empresas estatales, todas quebradas, como las dejó el gobierno del cocalero Morales.

La pandemia ha venido a ponerle hielo a toda la actividad económica pero ahora que al final del túnel se observan las luces de unas vacunas, hay que admitir que las empresas estatales no tienen remedio.

El Gobierno ha decidido invertir Bs 500 millones para hacerlas revivir, pero no porque crea que todavía puedan respirar, sino porque no quiere tomar la decisión de cerrarlas y echar a la calle a todos sus trabajadores.

 

Tras un año devastador para el precio del petróleo, 2021 promete un resurgimiento en las inversiones en extracción de petróleo. La recuperación del precio es menos segura ya que hay mucha capacidad de producción ociosa en todo el mundo. Para Bolivia, 2021 trae nuevos desafíos en la búsqueda de inversión en el sector. La enorme producción de Argentina y Brasil tiene como subproducto enormes cantidades de gas natural.

Para este 2021 el precio del oro estará regido por dos factores que empujan el precio en direcciones opuestas. Por un lado la llegada de la vacuna promete una fuerte recuperación económica que tiende a reducir la cotización del oro. Por otra parte, la falta de nuevos descubrimientos de oro indica una perspectiva de demanda caída en la oferta lo que normalmente eleva el precio. La mayoría de los expertos esperan que el precio suba durante este año.

La esperada ola de sobre producción de zinc en 2020 no se hizo realidad porque muchas de las nuevas operaciones retrasaron su calendario de inicio como consecuencia directa de la pandemia. Esto ayudó a mantener el precio al alza durante el año. Para este 2021 se espera una recuperación más rápida en la demanda que en la producción. Los compradores en China, el mayor consumidor mundial, están empezando el año con fuertes compras.

En el fondo, el Gobierno sabe que esa es la única solución, pero la está rehuyendo por razones políticas, porque sabe que, al hacerlo, no solo estaría despidiendo a los empleados, sino que estaría admitiendo que la crisis fue creada por los catorce años del cocalero.

La última noticia que se supo de YPFB en el finado 2020 es que ha informado a Argentina que reducirá en 28 % el volumen de gas que envía a ese país, sin dar muchas explicaciones, porque ni hacen falta.

La planta separadora de gas de Yacuiba está usando solamente 20 % de su capacidad instalada debido, precisamente, a que el volumen de gas que pasa hacia Argentina ha caído en esas proporciones desde que, alegremente, el gobierno del cocalero compró por 700 millones de dólares esa planta que ahora no sirve.

Petrobrás ha anunciado que se va del país y que vende las acciones que tiene del gasoducto, una admisión de que el volumen de gas que se enviará a Brasil también caerá conforme descienda la producción.

El Gobierno no quiere admitirlo, pero debe resolver el problema de las turbinas alemanas que costaron 1.400 millones de dólares y que quizá nunca sean usadas por falta de gas, en una inversión que viene a superar a la de Bulo Bulo, que fue de 963 millones de dólares e igual no sirve para nada.

Entonces, habrá que cerrar YPFB, cerrar Comibol, rematar Ende y ver qué se hace con Entel, además de todas las empresas compradas en el carnaval del despilfarro.

Mientras tanto, habrá que pensar, en serio, en una política económica. ¿Vamos a seguir prohibiendo exportaciones de origen agrícola? ¿No necesitamos esos dólares? ¿O es más importante vengarse de los sectores empresariales que no defendieron el "proceso de cambio"?

Si Luis Arce no puede hacerlo, quizá un futuro gobierno, o presidente, se ponga a ver soluciones reales para una economía quebrada. Con la mala noticia de que tampoco podemos esperar mucho del litio.

Para llorar.

El presidente Arce festeja los descubrimientos de gas que la presidenta Jeanine Áñez ya había inaugurado después de incentivar la inversión en trabajos de exploración.

El problema es que los descubrimientos de Yarará e Boicobo no mejoran la situación ni alejan la posibilidad de que el país tenga que importar gas para el consumo interno.


La maldición

Con el año pasado, Venezuela cumplió 7 años consecutivos de decrecimiento económico o el equivalente a la maldición de romper un espejo. Otra maldición rota podría ser la de las materias primas. La ineficiencia del gobierno en el manejo del petróleo ha liberado momentáneamente al resto de su economía de la maldición de las materias primas.

Predicciones inciertas

Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado, del Banco Central argentino, el crecimiento del PIB esperado este 2021 es de 4,8 %. Por su parte, el ministro de Economía, Martín Guzmán, proyectó un crecimiento de 5,5 % en el Presupuesto 2021. La Cepal espera un crecimiento de 4,9 %, al igual que el Fondo Monetario Internacional.

Golpe económico

A pesar de una década de crecimiento positivo, Perú cerró 2020 con un crecimiento negativo de 12,9 %, la caída más fuerte de la región después de Venezuela. Sin embargo, se espera que la recuperación sea una de las más fuertes en 2021, con un crecimiento del PIB esperado de 5,4 % según el banco central y 9 % según la Cepal.

Lo bueno

Es que el Gobierno anuncia la llegada de 60.000 equipos de prueba para verificar los contagios del virus chino, llamado Covid 19, y que es capaz de crear sus propias cepas nuevas, muy peligrosas.




Lo malo

Es que los anuncios dicen que, de todos modos, el gobierno se propone traer cientos de médicos cubanos, y pagarles en dólares, justamente cuando en el país hay miles de médicos desocupados.








Lo feo

Es que todos los países vecinos han comenzado a vacunar a su gente con vacunas garantizadas, aunque solo Argentina quiere usar la rusa, de dudosa eficacia, solo por razones ideológicas.

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