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Gestión 2021

Impuesto a la Riqueza genera incertidumbre para inversión

> Diputado de Brasil invitó a los ricos de Bolivia a ir a su país para invertir


Trabajadores de una empresa en pleno proceso de producción. Impuesto puede afectar a la creación de empresas y empleo.

La aprobación de la Ley del Impuesto a la Riqueza genera dudas en el sector empresarial y en las futuras inversiones. La gestión 2021 llega con incertidumbre sobre la creación de más tributos; mientras tanto, los países vecinos ya invitan a los afectados para que inviertan en sus países debido a la flexibilización fiscal.

Sobre el Impuesto a las Grandes Fortunas, ya se pronunciaron la Cámara Nacional de Comercio (CNC), a través de su gerente general, Gustavo Jáuregui, y la Cámara Nacional de Industria (CNI), mediante su presidente, Ibo Blazicevic.

Ambos, por separado, coincidieron en que la medidas no logrará una recaudación significativa, y que la misma pueda afectar a las futuras inversiones en el país.

En declaraciones a radio Fencomin, Blazicevic dijo que si bien no generará una recaudación significativa, pero la norma da una señal negativa justo a esas personas que generan excedentes e invierten en el país, y crean empleos.

Explicó que las personas ya tributan mediante sus empresas, pero la nueva implementación grava su patrimonio personal, y lo único que puede generar es que el inversor busque nuevos lugares para generar empresas y empleo.

Lamentó que Bolivia se encuentre dentro de los países que más tributos implementa, y con la nueva medida pueda ahuyentar a la gente.

Por su parte, Jáuregui, en declaraciones a medios de comunicación, hace unos días atrás, señaló que la medida va en dirección contraria a la reactivación, ya que primero se debería fortalecer la economía y generar condiciones de inversión para luego aplicar este tipo de iniciativa estatal.

A su vez, el economista Mauricio Ríos, en su blog denominado Más impuestos entre los desafíos de 2021, explica sobre la aplicación de impuestos y que provoca la migración de empresas de un lugar a otro, en busca de competitividad.

“El juego de mañana se llamará: ‘¿puedes ganar dinero en términos reales después de impuestos?’, se pregunta y señala que en este sentido, aquello a lo que se refiere este gestor de fondos de inversión es que, paradójicamente, para los gobernantes de hoy, alrededor del mundo, la creación del dinero de la nada por parte de los bancos centrales para financiar todo no es suficiente, y que entre los varios desafíos que existe en 2021 para la preservación patrimonial está el incremento de antiguos impuestos y la creación de otros nuevos impuestos”.

De hecho ya lo hemos estado viendo en Estados Unidos y las propuestas por parte del ala más radical del Partido Demócrata de la mano de Elizabeth Warren, Bernie Sanders y AOC.

Por ejemplo, hemos visto cómo grandes empresas como Hewlett Packard, Oracle, Tesla y SpaceX se están trasladando de California hacia Texas –que no tiene impuesto a la renta personal— en busca de competencia fiscal o menores impuestos.

También se ha estado viendo cómo bancos privados como Goldman Sachs, grandes hedge funds o inversores como Paul Singer, Carl Icahn o Tom Golisano, se trasladan de Nueva York hacia la Florida con el mismo objetivo de alcanzar la competencia fiscal, señala.

Esto también está pasando en países como Argentina, Bolivia y España, donde en vez de realizar ajustes fiscales estructurales asumiendo el costo político que esto implica, los gobernantes están creando nuevos impuestos a la riqueza o a las grandes fortunas.

“Hace solamente unos días conversaba sobre estos asuntos con alguien que sabe de la materia, y me recomendó un libro sobre el que ya antes había escuchado hablar, The Creature from Jekyll Island, de G. Edward Griffin”, reflexiona.

Explica que es un libro sobre la creación de la Reserva Federal de los EEUU en 1913, sobre cómo en una reunión clandestina en esta isla, un grupo de banqueros de Nueva York decide crear el sistema federal de banca central como mecanismo de autofinanciamiento mediante monetización de deuda, es decir, crear deuda y luego pagarla creando dinero de la nada y, sobre todo, sin tener que recurrir a incrementos de impuestos escandalosos por medio de la promulgación de nuevas leyes, entre otros aspectos.

Es lo que mejor se conoce como inflación, o como algunos como Milton Friedman calificaron como un impuesto sin legislación, agrega.

En uno de los capítulos de este libro, Griffin afirma que los impuestos en general, pero sobre todo los del tipo progresivo, buscan crear conflicto entre distintos estratos sociales. Con la creación de un impuesto progresivo, por ejemplo, se ha creado un nuevo enemigo político para echarle la culpa de todos los males sobre la tierra: los ricos.

Para empezar este es un impuesto tan perverso como difícil de cobrar. Para ponerlo en práctica, el Estado necesita una capacidad de investigación, control, apoyo político y demás, con la que no puede contar ni en el mejor de sus sueños.

Además, es muy difícil de pagar porque al mismo tiempo es muy difícil hacer un avalúo de lo que realmente constituye un patrimonio neto -no es tan simple como decir “es activos menos deuda”.

Y por si fuera poco, este tipo de impuestos en especial genera fuga de capitales, fuga de talento, pérdida de empleos, y por tanto, provoca una menor recaudación de impuestos y una caída de la actividad económica en el mediano plazo, y hasta la descapitalización de la economía en el largo plazo, advierte.

Si el objetivo de, por ejemplo, el Movimiento al Socialismo en Bolivia es no es hacer de este país la nueva Cuba o la nueva Venezuela, antes de que este nuevo impuesto progresivo sobre el patrimonio personal se consolide, terminará siendo una problema para los mismos gobiernos, que eventualmente los obligará a dar marcha atrás, sostiene.

Es por esto que más bien países como Francia –que no es precisamente un país que se precie de tener impuestos bajos, o sea muy amigable con la inversión privada internacional–, eliminó el impuesto al patrimonio personal en 2017. De igual manera, también lo hicieron Austria en 1994, Holanda en 2001, Finlandia en 2006, Suecia en 2007.

Invitación

Mientras tanto, luego de la promulgación de la Ley del Impuesto a las Grandes Fortunas (IGF), el diputado federal por Sao Paulo, Kim Kataguiri, hizo un llamado a los millonarios de Bolivia para que vayan a invertir en Brasil.

“¡Atención, ricos de Bolivia! Los estamos aceptando a ustedes aquí, en Brasil, aquí no tenemos IGF. Vengan e inviertan”, escribió en su cuenta de Twitter.

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