Flavio García Condori
Sin lugar a equivocarnos, podemos afirmar que la educación ha sido creada pensando en el desarrollo social, económico y político del entorno de cada país, pensando en la superación de los individuos, no solo en sus ingresos económicos sino también pensando en la construcción de una sociedad más justa y más humana. De este hecho podemos colegir que la educación tiene como meta, lograr un desarrollo sostenible y formación integral de la población con habilidades y capacidades de toma de decisiones, emprendimientos, innovaciones que permitan el desarrollo y transformación de un país, empero esta cara aspiración está bastante lejos de ser alcanzada. Cada día son más los países que se niegan en invertir en la educación pública, en tanto que la educación privada está siendo beneficiada con un marcado crecimiento, Al respecto podemos señalar que los que se permiten ingresar a escuelas privadas son los que tienen posibilidades económicas, por el costo que representa; mientras los sectores marginados tienen la única opción de inscribir a sus hijos en escuelas públicas, que no siempre brindan las mismas oportunidades y la calidad de una escuela privada.
La paupérrima inversión en la educación afecta tanto al personal docente como a los estudiantes de nuestro país, la misma que se refleja en un bajo índice académico. En este sentido, las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) son consideradas como un paliativo ante la falta de recursos económicos; al igual que en todos los ámbitos y especialmente en el ámbito educativo. Las empresas tecnológicas adquieren relevancia en el espacio de las TICs, en virtud a que sus contenidos pueden ser reproducidos fácilmente en las escuelas. Sin embargo, este proceso implica que el docente se convierte en un potencial consumidor de contenidos creados en otros países y, lo que es peor, se pretende articular con los textos producidos en nuestro país, a través de los gobiernos departamentales y municipales, respectivamente, sin la más mínima garantía, de conformidad con los objetivos de la Educación boliviana.
Empero las TICs también pueden fortalecer el desarrollo profesional de los docentes, ya que les permite ingresar a diversos campos de la información, pudiendo visitar una enorme cantidad de redes digitales y decidir por la información más adecuada, pero eso no es todo, también pueden comunicarse entre grupos de docentes y estudiantes, llegando a los más alejados confines de la patria y el mundo, los mismos que pueden servir de foros para discutir ideas y compartir experiencias y, lo que es mejor, los docentes pueden emplear diversas aplicaciones para crear sus materiales y recursos de aprendizaje. Sin embargo y solo con el fin de garantizar que las TICs sirvan para empoderar a los docentes, es muy importante adoptar tecnologías libres y abiertas, ya que las tecnologías patentadas son contraproducentes para el empoderamiento del docente, porque restringen el trabajo colaborativo entre profesores.
Apreciado lector, antes de finalizar, deseo formularte algunos interrogantes: ¿El uso de las Tecnologías Informáticas y Comunicativas contribuyen de manera directa al logro de los objetivos propuestos por la Educación boliviana? ¿Las TICs son de propiedad privada y comercial y solo pueden acceder a su apertura siempre y cuando exista oportunidad de lucro? ¿Quién es el dueño de las aplicaciones digitales? ¿Quiénes son y cuánto ganan los propietarios en este negocio? Apelando a su acendrado espíritu de educador, dejo a su libre albedrío las respuestas y si ellas son negativas, le reto a que nos formule el cambio o las mejoras de esta valiosa herramienta de trabajo.
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