Vuelta al mundo

Otro clásico de la literatura universal es "La vuelta al Mundo en 80 días" de Julio Verne, hoy que seguramente se puede dar la vuelta al mundo en unas 72 horas. Este relato con lujo de detalles es sobre los sitios que el viajero va atravesando, en función a una apuesta contraída con los socios del Reform Club de Londres y de la dificultad en las comunicaciones telegráficas que sufre uno de los personajes participantes de esta aventura, frente al título de un noticiero "La vuelta al mundo en 80 segundos", que nos permite ver el contraste entre dos periodos distanciados tan sólo por 120 años.

En esta oportunidad tomaré simplemente algunas muestras de lo que sucede en el viaje de ida y la siguiente semana lo que sucede en el retorno.

De los personajes, el central es Phileas Fogg, personaje enigmático y del cual sólo se sabía que era un hombre muy galante, de los más cumplidos gentleman de la sociedad inglesa. Era un miembro del Reform Club de Londres. Sin duda era un hombre rico, no avaro, ya que cuando había que dar auxilio para una causa noble, solía prestarlo con sigilo y hasta anónimamente. No se sabía si había viajado, pero conocía el mapamundi mejor que nadie, pero desde hacía muchos años no había dejado Londres. Tampoco se sabía si tenía familia. Era un solitario. Vivía en una casa que, sin ser suntuosa, era de gran comodidad.

Cuando se inicia esta historia, Fogg acababa de despedir a su criado por un pequeño error al atenderlo. Al dar las 11 y media, Fogg se aprestaba a dirigirse al Reform Club, y en ese instante llaman a la puerta y aparece el nuevo criado.

Era un joven mozo de unos 30 años, su nombre Juan Picaporte. El señala que su nombre responde a su aptitud para salir de todo apuro. Se presenta: creo ser honrado, aunque a decir verdad he tenido varios oficios: cantor ambulante, artista de circo, profesor de gimnasia. y, por último, sargento de bomberos en París. Actualmente en Inglaterra, queriendo experimentar la vida doméstica, ayuda de cámara. Fogg: desde este momento, las once y veintinueve de la mañana del 2 de octubre de 1871, entráis a mi servicio. Se levantó y salió. Picaporte se quedó solo en la casa. Es contratado de inmediato.

Al llegar a su Club sus amigos le comentan que se ha producido un robo, uno de ellos opina que el Banco perderá ese dinero, 55.000 libras esterlinas, pero el administrador le responde que se ha enviado inspectores de policía a todos los principales puertos de embarque y desembarque de América y Europa. El robo se había realizado tres días antes de esta conversación.

Al comentar este suceso, Phileas Fogg arguye que la tierra se ha empequeñecido y se puede dar la vuelta al mundo en 80 días, superando las múltiples desventajas que se pueda encontrar en ese recorrido.

En este diálogo acalorado entre los diferentes miembros del Club surge el desafío de Fogg en cuanto a que él puede dar esa vuelta al mundo en 80 días. Para ello apuesta 20.000 libras "contra quien quiera" aceptar el desafío. Para demostrarlo dice “el tren de Douvres sale a las 8 y 45. Lo tomaré”. La apuesta estaba echada y Fogg, de partida.

El 9 de octubre uno de los agentes de policía en Suez esperaba el paquebote "Mongolia" de la Compañía Peninsular y Oriental para su viaje a Bombay por el canal de Suez, era un hombrecillo flaco, de aspecto bastante inteligente, nervioso, que contraía, con notable persistencia, los músculos de sus párpados. Aquel hombre se llamaba Fix, el cual cuando ve llegar a Fogg con su criado. Por las fotos recibidas cree reconocer a Fogg, como el ladrón del Banco de Londres y lo seguirá a lo largo de los 80 días que dura "la vuelta al mundo".