El actor Robert Nairne es el encargado de interpretar al monstruoso payaso oculto en la caja de sorpresas.
El terror emerge de un antiguo artefacto en ‘Jack en la caja maldita’. El segundo largometraje del director inglés Lawrence Fowler se estrena este fin de semana en las salas de cine.
Historias de muñecos poseídos, un payaso como imagen de una fobia recurrente, simbología asociada a la demonología y antiguas leyendas son elementos que le dan forma a un filme que, además, recurre a trucos del género para provocar sobresaltos.
El hallazgo de una caja de sorpresas que, al abrirla, muestra un muñeco en forma de payaso, pero que también libera a una criatura sedienta de sangre, marca el inicio del filme. 12 años después, el misterioso artefacto reaparece en un museo de antigüedades.
Los orígenes y la mitología de la caja se irán explicando en el transcurso del filme mientras el macabro ser que habita en su interior nuevamente es liberado. El director eleva la intriga manteniendo su aterradora figura en la sombra, la mayor parte del tiempo.
Ethan Taylor, como Casey, tendrá que descubrir la forma de detener al diabólico ser antes de que siga asesinando a todos en su camino.
Ell guion del también es del director Lawrence Fowler ("Curse of the Witch’s Doll"), que en su segundo largometraje trabaja una historia lineal y simple, la cual trata de hacer más profunda con demasiada exposición e información de trasfondo sobre los protagonistas que guarda poca relación con la trama. Esto hace que el ritmo en el que se desarrolla la trama sea demasiado lento y que reluzcan las carencias en las actuaciones de los protagonistas Ethan Taylor (“Blood and Bones”) y Lucy-Jane Quinlan (“Tucked”).