A nivel mundial
Al menos, 266 millones de trabajadores perciben una remuneración inferior al salario mínimo, a nivel mundial, ya sea porque no está al amparo de la ley o porque este se incumple. En Bolivia la labor informal se amplió a raíz de la pandemia.
En un futuro próximo, es probable que las consecuencias económicas y laborales de la crisis de la Covid-19 ejerzan una enorme presión a la baja sobre los salarios, según Informe mundial sobre salarios 2020-21: Salarios y salarios mínimos en tiempos de Covid-19.
Al navegar por la crisis y planificar una nueva y mejor “normalidad” para el período ulterior, los gobiernos, los empleadores y los trabajadores deben tratar de fortalecer el diálogo social en torno a los salarios, plantea la Organización Internacional (OIT).
Se requerirán ajustes salariales adecuadamente equilibrados –tanto de los salarios mínimos como de los que superan le nivel mínimo vigente– para salvaguardar los empleos y al mismo tiempo proteger los ingresos de los trabajadores y sus familias, a fin de sostener la demanda y evitar situaciones deflacionarias.
El diálogo social puede contribuir a que todos reciban una parte justa de los frutos del progreso y a que todas las personas empleadas y quienes necesiten protección disfruten de un salario mínimo vital.
En Bolivia, el empresariado solicitó en reiteradas oportunidades avanzar en el diálogo tripartito, Gobierno, trabajadores y la empresa privada, en especial en el tema salarial, pero no se llegó avanzar en la materia.
La pandemia obliga a un pacto social entre los tres actores, Gobierno, trabajadores y empresarios privados, pero la respuesta está en la cancha de las autoridades nacionales; ya sectores de trabajadores solicitaron aumento para este año de 15 %, sin tomar en cuenta la inflación acumulada a diciembre, que llegó a 0,67 %.
pandemia
La pandemia de Covid-19 se ha transformado en una crisis económica y del mercado laboral mundial sin precedentes y ha perjudicado a millones de trabajadores y empresas. Los efectos en los empleos han sido ampliamente documentados, pero se conocen menos los efectos en los salarios.
Aunque las experiencias de los países variaban de un país a otro, la tendencia general antes de la crisis era que el salario medio real crecía rápidamente en algunos países de ingreso bajo y de ingreso mediano, pero mucho más lentamente en los países de ingreso alto.
En los países de ingreso alto, el crecimiento de los salarios iba a la zaga del crecimiento de la productividad laboral, y esa disparidad provocó una disminución a nivel mundial de la proporción de los ingresos laborales (la parte del PIB correspondiente a los salarios).
Subvenciones
salariales
durante la crisis
En marzo y abril de 2020, cuando la pandemia y los consiguientes cierres amenazaban con llevar a las empresas a la quiebra y a millones de trabajadores al desempleo, al menos 40 países recurrieron a “subvenciones salariales temporales” en el marco de una serie de medidas de política que contrarrestaran los efectos de la crisis.
Estas subvenciones salariales temporales tenían por objeto evitar los despidos masivos, ayudar a las empresas a retener a sus trabajadores calificados y apoyar la recuperación de la producción una vez finalizados los cierres.
Otra finalidad era garantizar que los trabajadores siguieran recibiendo al menos parte del salario habitual, aunque algunos tuvieron que aceptar un recorte salarial.