En términos generales, los movimientos sociales siempre han creado y sepultado a los partidos políticos e inclusive han devorado a sus propios hijos. La política boliviana no escapa de esa ley y los casos son notables.
Se tiene como ejemplos, el de la revolución “liberal” (mal llamada federal) del año 1899 y la revolución de abril de 1952. La realidad de antes de 1899 creó sus organismos partidarios y cuando el movimiento social se agotó, se produjo el derrumbe de los partidos que había creado: el Conservador y el Federal. Todos fueron sobrepasados por el naciente Partido Liberal que existió mientras existía su raíz política humana.
La revolución del 52 “barrió” con todos los viejos partidos que periclitaron y desaparecieron del escenario en forma natural. No solo eso. Tan pronto el MNR alcanzó sus objetivos se debilitó, dividió y entró en estado comatoso y hoy, sin base social ni histórica, tiene los días contados.
Actualmente, los ocho o nueve partidos, --producto de los movimientos sociales de fines del siglo pasado--, que se presentaron a las elecciones de 2019, casi no existen y si aún viven se manifiestan con manotazos de ahogado, como Comunidad Ciudadana, el MAS, incluyendo partidos izquierdistas en todas sus corrientes y grupículos de buenas intenciones, que apenas recibieron el apoyo de uno o dos por ciento de la votación ciudadana y hasta pueden perder su personería jurídica.
Sin embargo, dos grupos partidarios aún sobreviven, el MAS y Comunidad Ciudadana, pero ambos no avanzan, están divididos, sufren por luchas intestinas, carecen de dirección y, peor aún, no saben a dónde van y sus ofrecimientos son palabras que se las lleva el viento, por lo cual se puede pronosticar que también sus días de vida están contados, no porque quieran, sino porque carecen de sustento de la realidad. Han cumplido su ciclo histórico y como dice una sentencia criolla, “Santo que pasó de fiesta, ¡a un rincón!”.
En especial, la situación del MAS de Evo Morales es de decadencia, nadie hace caso a sus órdenes o éstas no se cumplen y hasta el “jefazo” ha sido rechazado con silletazos, en su bastión del Chapare. Pero es obligatorio reconocer que la realidad histórica boliviana ha tenido grandes avances, empero, ella está muy por delante de las teorías. Así, los partidos han sido sobrepasados y aplastados por la historia, como una aplanadora tritura un envase de plástico. Existe una nueva realidad socio-política, pero ésta todavía no tiene partidos que la representen. Sin embargo, se puede decir que al aparecer nuevas condiciones históricas surgen de algunos intentos partidarios, lo que significa que nuevas clases sociales crearán, más a corto que a largo plazo, nuevos partidos que se desplacen sobre modernas estructuras.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |