Educación en tiempos de pandemia

La sociedad boliviana y la de otros países vivimos tiempos difíciles debido a la pandemia del Covid-19, y uno de los sectores más afectados es el de la educación. La realidad educativa, un tanto monótona con rutinas establecidas, hasta anquilosadas, de pronto se ha visto trastocada a partir de la declaración de la cuarentena en marzo de 2020. Mientras maestros apresuradamente debían aprender a manejar y dominar el uso de las tecnologías, plataformas, léxico diferente, etc., emergía en el cotidiano vivir de los mismos nuevos retos para la función docente. Los padres de familia vivían mucho más de cerca la educación de sus hijos, ya que las clases virtuales ingresaban a sus hogares. Los estudiantes debían desarrollar estrategias diferentes, relacionadas con el autoaprendizaje, con mayor autocontrol y autodisciplina.

Esta problemática puso en evidencia los factores estructurales que deben ir resolviéndose en el corto y mediano plazo para tener una educación que responda a la nueva normalidad y desarrollar una educación de calidad, tal cual es el mandato de la Ley Educativa 070 y el Modelo Educativo Socio-comunitario Productivo.

FACTORES ESTRUCTURALES EN LA PROBLEMÁTICA EDUCATIVA

Cualquier propuesta educativa en este tiempo debe tomar en cuenta que la educación en Bolivia, como en gran parte de Latinoamérica, se enfrenta a tres grandes brechas, las cuales deben ser atendidas por los estados con más presupuesto, para ir cerrándolas. Para ir avanzando en el análisis citamos tres brechas claramente identificadas, que son: tecnológica, cognitiva y económica.

La brecha tecnológica tiene que ver con el acceso que pueden tener los estudiantes a la tecnología, a los equipos y la conectividad, hemos visto durante el último año muchas realidades al respecto. Primero, algunas familias en el contexto boliviano y dependiendo del poder adquisitivo que poseen, pueden contar con un equipo de computación, celular o tablet por hijo, por otro lado, otra realidad nos muestra que hay familias que no tienen equipo de computación o cuentan con celular obsoleto que no es de última generación.

También debemos tomar en cuenta en esta brecha tecnológica las posibilidades de conectividad (acceso a internet), este aspecto está relacionado con la atención que han dado las empresas estatales y privadas para proveer este servicio y las posibilidades de contar con recursos para la contratación del mismo. Quiere decir que puede haber cobertura, pero las familias no cuentan con recursos para la contratación del mismo o, al contrario, las familias hacen los esfuerzos para contar con recursos, pero no existe cobertura. A nivel de las unidades educativas, sobre todo estatales, se tiene de la misma manera este problema.

En cuanto a la brecha cognitiva, grandes esfuerzos hacen los maestros por nivelar sus conocimientos en cuanto al manejo de las tecnologías, pero tendrán que pasar muchos años para lograrlo. Existen muchos maestros, especialmente de las nuevas generaciones, que tienen dominio de los principios básicos del manejo ofimático, pero muchos otros maestros aún no han logrado desarrollar esas competencias. Las mismas tienen que ver con el uso de plataformas y las consiguientes aplicaciones o extensiones que son parte de las mismas, como los procesadores de textos, presentaciones, editores de videos y todo el mundo ofimático aplicado a la educación. Este problema también se presenta y con mayor dureza a nivel de los padres de familia, uno de los actores fundamentales del hecho educativo. Quizá en menor medida, pero también se presenta en los estudiantes, de acuerdo con el año de escolaridad a la que corresponden.

La brecha económica, si en verdad representa un obstáculo, tiene que ver con las políticas de lucha contra la pobreza. Esta brecha está ligada indefectiblemente con las dos anteriores, pero esencialmente con las condiciones materiales de la educación y el acceso a las tecnologías, tanto al equipamiento como a la conectividad, lo cual tiene consecuencia en ahondar la brecha cognitiva.

Para ir cerrando estas brechas en nuestro Sistema Educativo, se ha desarrollado algunos proyectos. En el año 2011 se inició con la campaña una computadora por docente, que responde justamente al problema de tener acceso a un equipo (Laptop), esta misión debe continuar y debe renovarse por la rápida obsolescencia de los equipos tecnológicos. Con esta misma lógica se debe gradualmente equipar a las unidades educativas con equipos de última generación y posibilitar su conectividad para poder proyectar Unidades Educativas inteligentes. Así mismo, un gran número de maestros ha actualizado, mejorado y ampliado sus conocimientos en el manejo de los recursos tecnológicos. Las reuniones de maestros son cotidianas por video conferencias Zoom, Meet y otras plataformas; la producción independiente de recursos pedagógicos es creciente, pero aún no es la óptima, lo importante es que vamos avanzando poco a poco, ojalá se pueda masificar estas experiencias.

En síntesis, autoridades, maestras y maestros, padres de familia, estudiantes, todos estamos frente a un desafío que requiere de todo nuestro esfuerzo para responder de manera inteligente a esta nueva realidad educativa y para hacer de la misma una experiencia de formación significativa.

El autor es Maestro de Nivel secundario.