Psicología
Hace unas décadas era casi imposible pensar que un videojuego pudiera derivar en un desorden psicológico. No obstante, la creciente proliferación de los videojuegos y la accesibilidad de éstos han dado lugar a plantear si esto puede llegar a suponer un problema para la salud mental y física de las personas. Más aún en este tiempo de pandemia, ante el confinamiento muchos padres aceptan que sus hijos lo hagan.
Según la definición de la OMS, una persona que tiene un trastorno por videojuegos mostrará las siguientes características durante al menos 12 meses:
- Sin control sobre sus hábitos de juego.
- Prioriza los videojuegos por encima de otros intereses y actividades.
- Continúa jugando a pesar de sus consecuencias negativas.
Según algunas investigaciones, la adicción a los videojuegos puede coexistir con otros trastornos del estado de ánimo, como: desórdenes de ansiedad, depresión o estrés.
Las personas que permanecen físicamente inactivas durante períodos prolongados debido a los videojuegos también pueden tener un mayor riesgo de obesidad, problemas de sueño y otros problemas de salud.
¿Cuándo llamamos adicción?
La adicción a los videojuegos es similar en muchos aspectos a otros tipos de adicción. Las personas con el trastorno a menudo pasan muchas horas jugando, tienen un fuerte vínculo emocional con este comportamiento y como resultado, pueden experimentar menos conexiones sociales.
Al igual que con otras adicciones, el trastorno por videojuegos puede tener un impacto negativo en la vida familiar, las relaciones y la educación. Esto puede llevar a la irritación con aquellos que critican los juegos o puede causar sentimientos de culpa.
No hay duda de que algunos comportamientos de videojuegos son problemáticos. Jugar excesivamente ha conducido incluso a la muerte en algunos casos.
Algunos expertos refieren que jugar videojuegos puede ofrecer algunos beneficios, especialmente para los niños. Diversos estudios sugieren que los videojuegos pueden tener efectos positivos en las habilidades sociales y cognitivas en cuanto a ciertos razonamientos en lo abstracto y concreto, buena memoria, observación y abstracción en los más pequeños.
Síntomas: Entre los síntomas de la adicción a los videojuegos destacan los siguientes.
1. Aislamiento social: La adicción a los videojuegos potencia el aislamiento social, que se traduce en la pérdida de contacto con amigos y familiares. A su vez, el aislamiento social puede ser una de las causas que lleve a la adicción a los videojuegos, ya que éstos pueden ser tanto el entretenimiento solitario con el que emplear el tiempo obteniendo placer a cambio, como un medio con el que interactuar indirectamente con otras personas (en el caso de los juegos online).
2. Empeoramiento del rendimiento académico: El tiempo dedicado a jugar hace que no se invierta tiempo y esfuerzo en estudiar, lo cual repercute en el rendimiento académico y retrasa el aprendizaje de las competencias y habilidades que se impulsan a través de la educación.
3. Uno de las partidas de videojuegos como conducta compensatoria: El uso de los juegos puede ser un recurso para canalizar el estrés y la ansiedad derivados de otros problemas del día a día, como el hecho de vivir en una familia desestructurada o el sufrimiento de maltrato en casa o bullying en la escuela.
4. Pérdida de la noción del tiempo: La adicción a los videojuegos hace que se pierda el control de la gestión del tiempo, de modo que la capacidad para saber las horas que han pasado durante las partidas empeora y se pierde de vista el hecho de que esto retrasa otras actividades.
5. Dolores y enfermedades posturales: El hecho de pasar muchas horas seguidas jugando a videojuegos frente al televisor o al ordenador puede llevar a desarrollar problemas óseos, de articulaciones o de circulación, especialmente en la espalda, los muslos y las manos.
6. Estallidos de ira ante limitaciones para jugar: Cuando ciertas situaciones hacen que la partida termine o se vea entorpecida, esto genera un nivel de frustración que puede derivar en estallidos de ira o incluso en agresiones físicas contra otras personas, así como en golpes contra partes del inmueble u objetos.
¿Qué nos hace estar enganchados a la pantalla?
La mayoría de los videojuegos están diseñados para ser usados durante partidas relativamente largas, o bien para ofrecer la posibilidad de jugar varias partidas seguidas con muy poco tiempo de demora. Por ejemplo, aquellos que ofrecen experiencias inmersivas, es posible que la partida dure toda la tarde, mientras que en otros, cada partida dura entre varios segundos hasta unos pocos minutos, aunque entre una y otra hay que esperar menos de un par de segundos de carga.
Por otro lado, las mecánicas de la mayoría de videojuegos se centran en dar recompensas por progresar y superar pruebas. Por ejemplo, batir ciertas marcas o superar ciertos enemigos nos permite acceder a nuevas zonas que explorar o a modos de juego que no habíamos desbloqueado. Esto, sumado a una curva de dificultad ascendente (es cada vez más complicado avanzar, pero a la vez aprendemos más y más acerca de cómo superar los desafíos del juego) hace que todo gire alrededor del condicionamiento operante.
Normalmente podemos desconectar de este hábito, pero en otros casos las ganas de recibir más recompensas nos llevan a querer jugar más y más a las opciones que nos ofrecen estos juegos, sin dedicar tiempo a pensar en otras cosas.
Por otro lado, la adicción a los videojuegos, al igual que muchas otras formas de dependencia a hábitos, nos lleva a caer en una dinámica que nos atrapa y que con el tiempo, hace empeorar las perspectivas de salir de esa trampa. Esto es así porque a medida que interiorizamos la importancia de echar partidas a los videojuegos, los pensamientos recurrentes vinculados a esa actividad se hacen cada vez más frecuente, y todo nos hace recordar esas partidas o imaginar lo bien que lo podríamos estar pasando si estuviésemos frente a la pantalla.
Tratamiento de la adicción a los videojuegos
Más allá de la intervención psicológica conducida por profesionales, que es la opción recomendada cuando la adicción a los videojuegos es muy intensa, hay otras medidas que pueden ayudar a combatir esta tendencia hacia el abuso de los juegos de ordenador o videoconsola. Las principales son las siguientes.
1. Impedir la compra de más juegos: El hecho de no poder acceder a más juegos durante un tiempo indefinido hace que la cantidad de recompensas y nuevos estímulos a los que se opta se vea limitada, de modo que jugar todo el rato a lo mismo sea una experiencia tediosa.
2. Invitar a realizar otros pasatiempos: Ocupar el tiempo en otras actividades ayuda a romper con el ciclo del juego, ya que presenta otras rutinas y pensamientos estimulantes.
3. Limitar el tiempo: Es preferible dejar jugar durante un tiempo limitado a cortar en seco la posibilidad de seguir jugando, ya que lo segundo produce tal hostilidad que la situación es vista como un enfrentamiento directo en el que todo vale con tal de saltarse la norma.
Como padres somos directos responsables desde que les damos las herramientas para que jueguen por ello debemos ser perseverantes en nuestras normas; jugar por tiempos, quizá solo en vacaciones, comienzan las clases y solo fines de semana. Es cierto que hoy en día ambos padres trabajan y dejan solos a sus hijos y prefieren que estén distraídos pero todo con horario también para sus estudios y responsabilidades, no dejemos que ellos se salgan de las normas de la familia y estén mucho más influenciados en esto hasta caer en adicción, porque será más complejo y afectará mucho más su entorno y personalidad.
Lic. Yackieline Rodríguez T.
Psicóloga Familiar
Psicología On line 77218009