Publicidad

    


Honestidad y eficiencia en funciones públicas


 

Costumbre practicada por todos los gobiernos que asumen los poderes de la nación es la promesa de comportamientos acordes con honestidad y eficiencia, tanto por parte de los principales responsables como del personal que los colabore; promesa que implica practicar las virtudes de honradez, limpieza, decencia, vocación de servicio, cumplimiento de la palabra empeñada, destierro de la demagogia y del populismo, etc., etc. Todo un conjunto de virtudes que podrían convertirse en valores y principios que jamás –o muy poco y circunstancialmente— se cumplen. Parecería que, una vez asumido el cargo, lo que importa es haberlo hecho sin tener responsabilidad alguna.

Es así que, a poco de iniciarse una gestión de gobierno o cualquier inicio de labores de una autoridad, el pueblo empieza a vivir (o revivir, si corresponde) períodos de decepción, frustración y otros sentimientos negativos contra quienes no perciben ni cuentan con la urgencia de cumplir con el país y su pueblo los juramentos y promesas hechos seguramente con “buena fe y honorabilidad”. Sin embargo, de situaciones similares del pasado cercano o no, el pueblo no se acuerda o trata de creer que los “nuevos”, dadas las experiencias, cumplirán; pero las decepciones no tardan en llegar porque se repiten los mismos yerros, con la diferencia de ser perfeccionados y cometerlos con mayor continuidad y eficiencia.

Quienes ejercen actualmente funciones de gobierno saben que el pueblo está cansado de la corrupción y su gran cómplice que es la ineptitud y carencia de honestidad y responsabilidad que, parecería ser, condición y característica de quienes asumen un cargo bajo el dicho: “Hoy por ti, mañana por mí”, mensaje a quienes aceptan y permiten la corrupción en quienes ocupan –circunstancialmente– una situación “aprovechable que nunca más se presentará”. El problema es de larga data y no deja de tener vigencia por descuido, negligencia o conveniencia de parte interesada que mañana podría usar del dicho.

Es, pues, importante y necesario que alguna vez se cumpla la palabra empeñada por parte de quienes ocupan altas funciones públicas en sentido de acatar y hacer cumplir las leyes, porque es la permisividad, bajo las sombras y luces del “dejar hacer y dejar pasar”, la que da fuerza, inmunidad y hasta impunidad a quienes no saben de honestidad, ni responsabilidad y “trabajan” solo para servirse del país y no servirlo porque “se cuenta con quien tiene poder y muñeca para consentir cualquier cosa”. Esta es la realidad que, lamentablemente, impera en muchas dependencias públicas.

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


Publicidad
Portada de HOY

JPG (839 Kb)      |      



Caricatura



Publicidad