La pandemia y la recuperación económica del país

La Economía como señala la acepción más conocida, es la ciencia que se ocupa de la manera en que se administran los escasos recursos, con objeto de producir bienes y servicios y distribuirlos para su consumo entre los miembros de la sociedad. Es obvio que el sujeto de la economía no solo debe estar vivo, sino también sano y tener los recursos necesarios para comprar lo que necesita.

En este marco, la economía no puede oponerse a las acciones para superar el Covid-19 y reparar los daños que está provocando. Y, desde la Cámara Nacional de Comercio (CNC) ofrecemos nuestra capacidad y experiencia para ayudar en mantener la cadena de frio, necesaria para asegurar la llegada oportuna y en condiciones óptimas de la vacuna a todo el país.

Los empresarios bolivianos podemos coadyuvar en la distribución de las vacunas, para de esta forma asegurar que el pueblo boliviano reciba las dos dosis de vacunas que tiene previsto el gobierno, para inmunizarlo contra esta pandemia.

Como empresarios insistimos que solo un pueblo sano y trabajador garantizará el crecimiento de la economía nacional. Como dijo el economista Gustavo Machicado, la recuperación económica en Bolivia viene de la mano de la vacuna y deberían activarse todos los mecanismos para que las personas puedan acceder a la misma, incluso adquirir de manera privada, de lo contrario la reactivación continuará rezagada.

El gobierno tendrá que asegurar que las vacunas estén disponibles para todos los bolivianos. Esto es crucial para poner fin a la pandemia global.

Una vez que la vacuna llegue al país, las instancias gubernamentales respectivas, antes de distribuirla, deberán verificar la calidad del lote.

Después del visto bueno empieza el traslado en pequeños lotes en vehículos de temperatura controlada hasta los centros de vacunación.

Los empresarios pudimos comprobar en la primera ola de esta pandemia el valor de la buena salud de los bolivianos y cómo el aumento del número de casos de afectados por el Covid-19 afectó a la economía nacional y a las empresas en particular. Ya no podemos volver a otra cuarentena rígida, porque el costo es muy elevado y muchas empresas aún no superan los efectos del encierro impuesto el año pasado.

Las limitaciones que tiene el país ya se hicieron presentes en la distribución de los primeros lotes por departamento. El envío del cupo para Trinidad necesitó un camión frigorífico de una empresa que comercializa pollos, para transportar los inoculadores a la temperatura requerida desde el aeropuerto hasta el hospital de esa ciudad.

Poco después, Jorge Richter, vocero presidencial, no descartó la posibilidad de contratar los servicios de empresas de alimentos que tengan vehículos con cámaras de frío, “porque la pandemia nos puso en una situación de anormalidad”.

Si se presentaron inconvenientes en trasladar algo más de 1.000 vacunas en Trinidad, es necesario prepararnos para atender la distribución en todo el territorio nacional, de manera adecuada y oportuna, con todas las medidas de seguridad que garantices la cadena de frío.

Solo para ver la magnitud del trabajo recordemos que poblaciones intermedias como Caranavi, Patacamaya o Guayaramerín, con habitantes que fluctúan entre 24.000 y algo más de 53.000 deberán contar con sistemas de frío tanto para el traslado de las vacunas como para guardarlas antes de su inoculación en la población.

El gobierno debe prever que cuando lleguen 5 millones de unidades, habrá que distribuirlas casi simultáneamente entre las diferentes poblaciones del país. Y, en cada población los centros médicos deberán tener los ambientes refrigerados para guardarlos hasta vacunar a toda la población.

Ha sido un año de los más difíciles que nos tocó vivir a la humanidad, donde tuvimos que lidiar con la crisis sanitaria, la económica y la política-social; pero a pesar de todo estamos aquí, predispuestos a salir adelante y aportar, de forma solidaria, para que vengan mejores días para todos los bolivianos. Como empresarios que apostamos todo por el desarrollo de nuestra querida Bolivia, a pesar de toda la adversidad y ausencia de medidas oportunas y efectivas que coadyuven el fortalecimiento de nuestras actividades, hemos mantenido intacto ese espíritu solidario y comprometido con nuestro Estado.

El autor es Economista, con doctorado en la Universidad de Salvador de Argentina, Presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Presidente de Fundempresa, Miembro de Número de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.