“La tristeza es grande, el dolor es inmenso y el llanto es constante. Una vez más, pararé un rato de hacer lo que más amo en la vida, que es jugar al fútbol. A veces me siento incómodo por mi estilo de juego, porque dribleo y constantemente me golpean, no sé si el problema soy yo o lo que hago en el campo. Me entristece mucho. Me entristece mucho escuchar de un jugador, entrenador, comentarista o quién carajo que “realmente hay que golpearlo”, “se cae”, “llora”, “niño”, “mimado”, y etc. Honestamente me entristece y ni siquiera sé cuándo podré soportarlo, solo quiero ser feliz jugando al fútbol. NADA MÁS”