A 142 años de la invasión chilena
A tiempo de recordar que el 14 de febrero de 1879 tropas chilenas avanzaron hasta Calama y terminaron apropiándose del litoral boliviano, el coronel en servicio pasivo del Ejército, Jorge Santistevan, lamentó que se haya hecho muy poco para potenciar la defensa nacional, mediante el fortalecimiento de las instituciones que permitan asegurar el desarrollo y bienestar de los bolivianos, siendo que el crecimiento es por “inercia” más que por la formulación y ejecución de políticas de Estado.
“Las lecciones del pasado deben servir para no cometer los mismos errores, pero a los gobernantes de nuestro país eso no les importa por ignorancia y por venganza hacia las Fuerzas Armadas (FFAA), ellos se limitan a interpretar a su antojo el término ‘país pacifista’”, dijo Santistevan en contacto con EL DIARIO.
En esa línea, dijo que cuando la clase política conozca la verdadera dimensión de la seguridad del Estado, que le permita elaborar un programa de seguridad nacional en el que se defina claramente cuáles son las verdaderas amenazas, para evitar más perdidas territoriales, e inestabilidad interna, tendremos más posibilidades de asegurar el desarrollo y logro de los objetivos nacionales.
Lamentó que la clase política interprete a su antojo el artículo diez de la Constitución Política del Estado (CPE), Bolivia como “país pacifista”, porque su tendencia es la conformación de una milicia al servicio de un grupo de poder con ideología política neo-socialista, por lo que las amenazas externas no les interesa.
“El artículo diez de CPE orienta al Estado boliviano en sus relaciones internacionales hacia la paz, la cooperación y soberanía de los Estados; en ese mismo ámbito acorde al art 255.I.II para mantener la soberanía e independencia del Estado es necesaria una política de defensa. Asimismo, sin apartarnos de la doctrina pacifista, en concordancia al art. 261 de la CPE para el logro de la integridad territorial es necesaria la participación de las FFAA, pero el artículo más elemental y que debe ser correctamente interpretado por la clase política es el 244, que establece como la misión fundamental de las FFAA, la defensa y conservación de la independencia, seguridad y estabilidad del Estado, su honor y la soberanía del país”; aclaró.
En ese marco, apuntó que para el cumplimiento de esa misión se requiere el fortalecimiento de las FFAA en el marco de un absoluto respeto a sus leyes y reglamentos en vigencia, que no la transformen en un instrumento político y de represión al servicio de un grupo de poder político.
Asimismo, refirió que el artículo 246 II, pone en vigencia incontrastable a las FFAA cuando establece que “en caso de guerra, el Comandante en Jefe dirigirá las operaciones”, interpretándose que el país podría intervenir en una conflagración bélica para su defensa ante un peligro inminente, en concordancia con el artículo diez de la misma CPE.
“Si bien Bolivia es un país pacifista, en caso de agresiones internacionales o agresiones internas, está constitucionalmente organizado con unas FFAA para su defensa. En base a todo ello, el artículo 248 de la CPE establece la conformación de un consejo supremo de defensa del Estado, como órgano de asesoramiento político en el campo de la seguridad, defensa y desarrollo”, apuntó.
En ese marco, dijo que los políticos deben entender que si bien las FFAA para el cumplimiento de su misión constitucional cuentan con planes de defensa que le permitirían defender a la patria, sin embargo, no cuentan con el material ni la logística apropiada, moderna y suficiente para enfrentar agresiones y/o amenazas.
“Hay un mal que impide la eficiencia de las FFAA y es el intervencionismo político, que a la fecha estaría iniciando una metástasis que pone en riesgo la seguridad del Estado”, lamentó.
En ese marco, sostuvo que el resultado del 14 de febrero de 1879, producto de la injerencia política que no debe repetirse nunca más.
“Debemos estar preparados; poco hicimos para potenciar al Estado, crecimos pero casi por inercia; las pugnas internas, los intereses foráneos de dominio y control del Estado, son males que nos impiden el crecimiento y desarrollo. Hoy a punto del desplome de las instituciones incluyendo la militar, por la injerencia política, debemos reflexionar a tiempo; ser más decididos para defender la justicia, nuestros valores y principios. Debemos potenciar las instituciones, principalmente a las FFAA, sin embargo ello puede ser posible solo cuando tengamos al frente mandatarios que piensen y actúen como estadistas, no como simples políticos con intereses particulares al servicio de grupos de poder internacionales y de logias internas”, apuntó.