Rebaja de salarios y crisis económica

Durante el gobierno de catorce años de Evo Morales-García Linera (2006-2019), el Estado boliviano gozó de prosperidad nunca conocida antes en la historia del país, debido al alza extraordinaria de los precios del gas, estaño, zinc y, en menor escala, de otras materias primas. Esa etapa de bonanza permitió triplicar el presupuesto estatal, doblar la planta burocrática del gobierno hasta cerca de 600 mil funcionarios públicos, pagar salarios elevados, invertir en obras faraónicas y “elefantes blancos”, hacer gastos innecesarios, etc.

Tan favorable coyuntura económica no fue, sin embargo, aprovechada para prever una etapa de caída de dichas cotizaciones y que, obviamente, determinaría, más a corto que largo plazo, una grave crisis económica en el país, imprevisión por la que ahora el pueblo boliviano está sufriendo, desde la alta clase empresarial hasta los gremios más insignificantes.

En efecto, los precios de las materias primas que exporta el país y de los que vive, se han derrumbado. El petróleo, igual que el estaño, bajó en alrededor del 60 por ciento y ni qué decir de otros productos de exportación, bajón que ha puesto a la economía del Estado entre la espada y la pared, al extremo de anunciar medidas de urgencia para poder salvar así la nave del Estado.

Efectivamente, el gobierno del presidente Luis Arce está adoptando medidas económicas que recaerán sobre las espaldas del pueblo, como ser rebajas de sueldos y salarios y diversas medidas de austeridad. Pero el caso más notorio es la rebaja de salarios a los magistrados del Órgano Judicial, que podría tener repercusiones inesperadas. ¡Ni qué decir del caso BoA!

Por otro lado, se rebajará los sueldos de los empleados públicos y, al mismo tiempo, ya se está por reducir la masa burocrática en porcentaje a la reducción del Presupuesto del Estado. Por si fuera poco, el jefe del partido oficial, Evo Morales, en una reunión de su partido en Cochabamba, ha dispuesto que los gobernadores, autoridades municipales y provinciales relacionados con su partido, podrán recortar los salarios, sin especificar el monto de las rebajas. En cuanto a la COB, su dirigente Huarachi ha declarado que no cejará en aumentos salariales, pues circuló la versión de que no se produciría la solicitud laboral.

En todo caso, las rebajas salariales confirman que el partido de Gobierno enfrenta una situación de verdadera gravedad y que, ante la crisis mundial y la nacional, se tendrá que esperar medidas de austeridad adecuadas ante un alarmante porvenir.