Gestión escolar
> Los candidatos y candidatas están frente al desafío de mejorar el acceso, capacidad y calidad del uso de las TIC > La generación de empleo para jóvenes también se constituye en un reto
El 2020 ha sido un año de profundización de las desigualdades. El ámbito educativo no ha sido la excepción, por el cierre forzoso de la gestión escolar presencial para evitar la propagación del Covid-19. En consecuencia, la incursión en la educación virtual ha sufrido un severo impacto en la brecha digital, según la Fundación Jubileo.
La educación virtual se ha implementado en los subsistemas de educación regular, pública y privada y en la educación superior; las entidades educativas –prácticamente- a marcha forzada tuvieron que readecuar y reinventar sus métodos de enseñanza en red, algunas de manera más rápida que otras, señala.
Aunque para medir el acceso y la calidad de la educación virtual no se cuentan con datos o indicadores, la brecha digital, es decir, la desigualdad en el acceso a internet y las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), es una realidad.
En el estudio “Juventudes TIC. Estudio sobre las TIC en adolescentes y jóvenes en Bolivia”, publicado en 2019 por la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (Agetic) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), se devela que antes de 2020, solo 4 % de los jóvenes de 15 a 24 años afirmó haber realizado algún curso por internet.
De este porcentaje, fueron más varones (85 %) que mujeres (70 %) en ciudades capitales y, por el contrario, más mujeres (28 %) que varones (13 %) en ciudades intermedias. El porcentaje es más crítico en las localidades rurales donde solo 2 % de jóvenes de ambos sexos dicen haber participado de un curso en línea.
Otro dato interesante es el uso que le dan los jóvenes al internet, 72 % es para contactar a sus amigos y familiares, y 69 % para acceder a las redes sociales; un porcentaje menor, 36 %, para buscar información y 15 % para fines académicos. Mientras que 94 % manifestó que utiliza su celular para acceder a internet.
Con relación a las expectativas de formación y empleo para jóvenes, un estudio publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre las características de la demanda de empleo y las necesidades de formación en las tres regiones metropolitanas y ciudades intermedias, 96 % de jóvenes (hombres y mujeres) encuestados que cursan el último año de secundaria expresó su interés en continuar sus estudios después de salir bachiller o concluir con el servicio militar.
De ese total, 15 % desearía estudiar una carrera técnica y 82 % una carrera universitaria. Por otra parte, los jóvenes que no continuarán estudiando representan 4%, el principal motivo de esta decisión es la falta de recursos económicos (71%).
Con respecto a la inserción laboral, las y los jóvenes que no accederán a la educación superior expresaron su interés en trabajar principalmente en el sector del comercio (36 %), construcción (23 %), agricultura y ganadería (14 %). A diferencia de ellos, quienes sí continuarán con sus estudios desean trabajar en el sector público (29 %), financiero (17 %) y en el sector de hotelería/turismo/ restaurantes (14 %).
Los candidatos y candidatas que aspiran a ser electos en la Elección de Autoridades Políticas Departamentales, Regionales y Municipales deberán pensar en las propuestas que tienen para contribuir en la calidad educativa en los diferentes subsistemas de educación de su municipio o departamento.
Considerando que la brecha digital tiene un impacto severo en la educación, ¿qué proponen para mejorar el acceso, capacidad y calidad del uso de las TIC, en el ámbito de sus competencias? Y ¿cómo puede aportar en la generación de empleo digno para jóvenes de su municipio o departamento?
Pero también se debe agregar que los maestros, el año pasado, indicaron que no existían los recursos tecnológicos para ingresar a la educación virtual, ya que los alumnos no tenían acceso a ello.
Ahora mismo, en el trópico de Cochabamba decidieron ir a clases presenciales porque no pueden realizarlo mediante la tecnología; y la centralización y la falta de organización el Ministerio de Educación retrasan el inicio de clases.