Rolando Javier Eduardo Garvizu M.
Desde los albores de la humanidad, el ser humano para subsistir debió enfrentar luchas de diversas formas, primero fue en busca de comida y techo, luego el fuego. Conforme el tiempo fue pasando, su comportamiento también fue cambiando y con este cambio, las luchas también aumentaron. Primero fueron luchas para conseguir reproducirse, luego luchas para la obtención de un puesto dentro de su vivienda, tribu, o grupo social al que perteneciera, todo esto sin dejar de lado las luchas anteriormente mencionadas.
Con el pasar del tiempo, la sociedad siguió cambiando, con lo que llegaron nuevos retos, como lograr la independencia, suprimir la esclavitud, buscar el reconocimiento a los derechos humanos, las luchas de género, la defensa de la niñez, y muchos más que podríamos nombrar, todas éstas de gran importancia para los actores involucrados.
Ahora, además de los esfuerzos que las personas realizan para lograr sus objetivos, llegó la pandemia del coronavirus que aumentó las dificultades para la gran mayoría de la sociedad.
Todos estos factores afectan el estado de ánimo de las personas, que deben modificar sus prioridades, ocasionando que olvidemos, dejemos de lado, o no consideremos la lucha más importante de todas, una que surgió debido al modo de vida que la sociedad creó, nos referimos “al cuidado del medio ambiente”.
Desde hace varios años se viene denunciando diversos problemas ambientales, causados por la acción antrópica, que están afectando el equilibrio de los ecosistemas y ponen en riesgo la vida tal y como ahora la conocemos.
Constantemente estamos deforestando áreas verdes con la excusa de la expansión de la frontera agrícola o áreas de viviendas e industriales, o explotación de recursos naturales no renovables. Con este accionar estamos contaminando los cuerpos de agua, afectando su distribución y pureza, esto por mencionar solo algunos problemas.
Con frecuencia estamos afectando al medio ambiente con la intención de satisfacer nuestras necesidades, sin darnos cuenta que por atender estas necesidades estamos encaminándonos hacia una ruta sin retorno, hacia el suicidio colectivo.
Debemos comprender que los modelos económicos y forma de vida en la que nos desenvolvemos actualmente, están llevando al planeta a un desequilibrio total, que afectará toda la forma de vida que tenemos.
Constantemente eliminamos grandes zonas boscosas, disminuyendo la capacidad de generación de oxígeno y purificación del planeta, además producimos diversos materiales de los que emanan grandes cantidades de contaminantes que afectan aire, agua y suelo, dañando los ecosistemas y desplazando o eliminando especies animales y vegetales, dando origen a plagas o pandemias que afectaron y afectan a la humanidad.
Debemos entender que habitamos un planeta finito, con recursos finitos que deben estar en equilibrio para que los sistemas de soporte vital puedan seguir en funcionamiento, manteniendo la vida en el planeta. Pero la raza humana sigue creciendo de manera incontrolada y cada vez requiere y extrae más recursos de un planeta que ya no tiene para dar más.
Es evidente que hay muchas necesidades que el ser humano debe satisfacer, pero debemos cambiar el modo de relacionarnos con el medio ambiente para poder tener un planeta habitable para las generaciones futuras.
Sabemos que todas las luchas son importantes, sean de la índole que sean, pero si perdemos la lucha por el cuidado ambiental, ninguna de las otras luchas tendrá sentido, ya que no tendremos un ambiente saludable donde disfrutar las victorias.
El autor es Ingeniero en Ecología y Medio Ambiente.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |