RECORDEMOS QUE...
La Investigación Científica es un proceso ordenado y sistemático de indagación en el cual, mediante la aplicación rigurosa de un conjunto de métodos y criterios, se persigue el estudio, análisis o indagación en torno a un asunto o tema, con el objetivo subsecuente de aumentar, ampliar o desarrollar el conocimiento que se tiene de este; es decir, que a través de la observación, reflexión, control y medición se puede generar o aportar conocimientos científicos.
LOS MEDIOS DE INVESTIGACIÓN O CONDICIONES DE REALIZACIÓN EN EL PROCESO DE LA CIENCIA
Se debe designar como “medios de investigación”, a aquellos elementos que el investigador (sujeto) interpone entre él y su objeto y que, de hecho, constituyen las condiciones de realización de todo el proceso y es quizá aquí donde aparecen más evidentemente tres dimensiones inseparables, que en el fondo remiten a una misma realidad que es la ciencia concebida como proceso; esas tres dimensiones son:
El objeto de la investigación.
La actividad observacional y reflexiva orientada al fin de la investigación.
Los medios de investigación.
Aunque la diferenciación de estas tres dimensiones parece arbitraria, en donde es más notoria esa impresión es a la hora de distinguir entre el objeto del proceso y las condiciones, o medios del proceso, debido fundamentalmente a que todo proceso de investigación forma parte de un desarrollo más vasto: el desarrollo de la historia en la que se genera todo producto científico y a la que todo producto retorna como una condición de los nuevos procesos. En sentido amplio, la “condición originaria” de toda investigación científica la constituyen el lenguaje y la cultura de una sociedad. Pero también, en sentido amplio, el lenguaje y la cultura son el objeto final de toda investigación científica.
Se presupone entonces que la lengua, junto con todos los hechos del habla preservados por las comunidades como patrimonio de representaciones y creencias, constituyen el primer “arsenal” de medios de investigación, cualquiera sea la ciencia de que se trate.
Todos los objetos preexistentes que el investigador se limita a desprender del discurso constituyen el material de la investigación y en la medida en que ese material ha sufrido los efectos del cuestionamiento y la reformulación, se habla entonces del “objeto de la investigación”, en el sentido de un objeto construido. Dicho de otra manera; no todos los asuntos de la investigación son “objetos de investigación”. Esto quiere significar que, en toda investigación hay asuntos que son tomados de otras investigaciones o de la cultura general, como resultados preexistentes y que funcionan como “materias primeras” del estudio actual, pudiendo ser materiales de los cuales se construye el objeto específico.
Los medios de investigación son el conjunto de recursos, técnicas y contextos institucionales, que le sirven como vehículo y pauta normativa tanto a la observación como a la reflexión. Así, puede emplearse como un medio de investigación “un tubo de hojalata forrado por el exterior con tejido de lana y algodón rojo carmesí, de longitud aproximada de tres cuartos y medio, con dos vidrios, uno... cóncavo y el otro no” (descripción del telescopio por un contemporáneo de Galileo), o emplear como artificio lógico mental a la analogía, comparando su cuestión con aquellas otras que aparecen como adecuadamente comprendidas o resueltas.
El uso y la creación de medios de investigación y la evaluación sistemática de sus limitaciones y alcances, caracteriza también al proceso de investigación, y permiten diferenciarlo del desarrollo espontáneo del conocimiento. De allí, la importancia decisiva que para la ciencia reviste la historia de las técnicas y de las relaciones sociales que rigen su empleo; es decir, la historia de las condiciones de realización de la investigación. Las condiciones técnicas y las institucionales están relacionadas en mutua determinación, como lo están los procedimientos de descubrimiento y los procedimientos de validación.
Puede sostenerse que el siglo XX mostró la ciencia cada vez más dependiente de la acción que de la reflexión, teniendo una operatividad inmensa en el mundo práctico instrumental, consecuentemente en el orden socio-político y una capacidad enorme para producir transformaciones en los sistemas materiales (físicos, químicos, biológicos) y en los sistemas representacionales (individuos, grupos, culturas). Por lo mismo, la investigación científica está cada día más sujeta a los contextos tecnológicos y a los políticos.
Pues bien, estas condiciones afectan la totalidad del trabajo científico; desde la consecución de los anhelados subsidios hasta la disponibilidad de lugares de estudio, y todo ello se remite a normas institucionales que no solo condicionan externamente al trabajo científico, sino que llegan a ser constitutivas de la estructura del pensamiento.
EL PRODUCTO DEL PROCESO: MEDIO DE NUEVAS INVESTIGACIONES
La actividad investigativa efectúa una modificación en el sistema originario de observables y de representaciones del objeto de estudio dado. Los descubrimientos y las aportaciones diversas conseguidas por el investigador se convierten en una totalidad de la cual es casi imposible distinguir qué es lo propio y qué es lo tomado de las representaciones previas, de las discusiones con los colegas, etc. Los esfuerzos y actividades propias se encuentran amalgamados con los materiales preexistentes. La investigación (siendo acción del sujeto) se ha objetivado; el objeto previo ha sido elaborado y transformado en una nueva objetividad en el sistema de la cultura científica, pudiendo luego reinsertarse en la circulación de tales objetividades culturales, esta es la perspectiva sustancial del proceso científico como sistema de intercambios.
Si se considera el proceso global desde el punto de vista del resultado, tanto los medios de investigación como el objeto de estudio se ponen de manifiesto como medios de producción cultural y la investigación científica se torna una labor productora de cultura. Cuando un conocimiento científico egresa del proceso de investigación, inmediatamente se transforma en condiciones de investigación para nuevos procesos, respecto de nuevos objetos.
En virtud de este reingreso de los conocimientos científicos producidos como nuevos materiales y medios de investigación, pierden el carácter de producto y pasan a funcionar como factores de la, investigación viva actual. Un conocimiento científico que no se reincorpora como material y medio de nuevas investigaciones, se torna inútil y pierde su noción misma; no solo se desactualiza, sino que se vuelve asunto de erudición o alimento de insectos y roedores, pero no un hecho de la cultura científica. Pese a ello, los conocimientos científicos, a diferencia de la producción económica, puede reingresar al ciclo de la cultura después de largos períodos de marginación y olvido.