Graves efectos del contrabando

Diversas autoridades privadas y estatales denunciaron que el contrabando desde el exterior, de toda clase de productos, desde zapatos hasta camiones, significa gravísimo daño para el país, al extremo que las sumas de ese mercado negro alcanzan a cerca del 2 por ciento del PIB o sea aproximadamente 2 mil millones de dólares al año.

El problema del contrabando es en sí mismo un hecho de extraordinaria gravedad, no solo para la industria o la agricultura sino para toda la vida nacional. Desde hace tiempo ha debilitado la economía del país y, al presente, la ha postrado en tan grande proporción que todo o casi todo lo que se consume es de origen extranjero e ingresa al país por todas las fronteras, donde la vigilancia es mínima, son burladas todas las medidas de control e inclusive los contrabandistas cuentan con la complicidad de funcionarios aduaneros y otras autoridades encargadas de “luchar” contra el contrabando.

Los datos numéricos acerca del daño que sufre el país son considerables. Los empresarios calculan que el contrabando, en sus formas masiva, hormiga y técnico, mueve alrededor de 2.300 millones de dólares al año, cantidad asombrosa, con mayores efectos en todo sentido.

El contrabando es producto de una política económica con raíces desde la fundación de la república, pero que se acentuó desde la aplicación del libre comercio por el gobierno del dictador José María Linares y que no ha dejado de practicarse hasta ahora. En esa época, el país se autoabastecía en todo sentido y aun realizaba exportaciones. Pero, a partir de esa política, la economía agraria, artesanal e industrial se vino abajo y solo quedó progresando la minería que, finalmente, convirtió a Bolivia en un país minero.

Hoy, el contrabando ha determinado que la población boliviana se alimente con productos importados y no con nuestro propio pan. Los precios de los alimentos extranjeros son más bajos y de mejor calidad y los consumidores prefieren lo importado. Es más, el Estado se suma a esa catástrofe, pues informó que el año pasado importó alimentos por 634 millones de dólares (EL DIARIO 14-2) Finalmente, la agricultura y la industria nacionales están arruinadas y sin esperanzas de salir del fondo del abismo.