Fueron rehabilitadas en bioparque
> Ambos ejemplares que fueron rescatados por los comunarios se encontraban deshidratados, débiles y con leves laceraciones; fueron llevados al bioparque Vesty Pakos
Dos especímenes hembras de cóndor andino rehabilitadas en el bioparque Vesty Pakos fueron liberadas hoy en la localidad de Palca, cada una de ellas lleva un pequeño transmisor que permitirá ubicar mejor su hábitat, como los sitios donde prefieren comer o dormir, afirmó el biólogo Diego Méndez.
Explicó que la utilidad de utilizar telemetría satelital para hacer un seguimiento de los movimientos de los cóndores, permite tener información primaria de alta calidad, en otras palabras “son los mismos cóndores los que nos muestran cómo se mueven, qué lugares usan, qué lugares prefieren, dónde comen y dónde duermen”.
Ambos ejemplares que fueron rescatados por los comunarios, se encontraban deshidratados, débiles y con leves laceraciones, y fueron llevados al bioparque Vesty Pakos, donde con el uso de suplementos multivitamínicos y otros tratamientos fortalecieron sus musculaturas para mantenerlos en mejores condiciones.
“Esperamos poderles hacer un seguimiento a ambas (bautizadas como Choquecota, de unos cinco a seis años de edad, y Retamani, de alrededor de 15 años), por al menos seis meses para estar mejor informados sobre su hábitat y plantear estrategias de conservación más efectivas para la especie”, resaltó Méndez, coordinador del Programa Aves Rapaces en Bolivia e investigador asociado al Museo Nacional de Historia Natural.
El cóndor andino (Vultur Grypus), una de las aves de mayor tamaño en el mundo capaces de volar y símbolo para los países andinos de Sudamérica, fue reclasificado de especie casi amenazada a vulnerable de extinción por el rápido declive de su población, debido a una variedad de amenazas, como la persecución directa por parte de los humanos, la intoxicación por plomo y el deterioro de la calidad de su hábitat, a través del envenenamiento deliberado de carroña de la que se alimenta.
“Con estos aparatos (transmisores colocados en ambos ejemplares) podremos conocer exactamente dónde están ubicados los lugares de su preferencia, de modo que haciendo una exploración se determinará qué características ambientales tienen, y posteriormente se identificarán sitios similares para que sean protegidos, al constatar que son el hábitat crítico para la conservación del cóndor”, remarcó el biólogo.
Dijo que ecología del movimiento es justamente un campo de estudio que está en boga. “El documentar y conocer mejor cómo se mueven los animales aporta muchísimo al conocimiento y teoría ecológica”.