La historia de Josep Maria Bartomeu con el FC Barcelona terminó de la peor manera que uno se podía imaginar: con su detención, tras el allanamiento al club en el marco de la causa denominada “BarcaGate”. Una historia que comenzó como acabó, en medio de un escándalo, ya que el ex dirigente llegaba a la presidencia, producto de la renuncia de Sandro Rosell al cargo en 2014, por todo lo que implicó el “Caso Neymar”. A pesar de todo, los números lo acompañan y puede sacar pecho al decir que durante su mandato (desde 2014 a 2020) cosechó 13 títulos con el primer equipo, entre ellos una Champions League, un triplete (Liga, Copa y Champions) y un doblete (Liga y Copa). Sin embargo, esto no hubiera sido posible sin Lionel Messi, que impuso su voracidad por ganarlo todo por delante de las diferencias que tenía con la gestión que se estaba llevando a cabo fuera del campo. Pero ni La Pulga pudo salvar la pésima administración dirigencial, viendo cómo el club se desmoronaba poco a poco al punto de poner en duda su continuidad en la institución que lo vio crecer durante 20 años. Al mismo tiempo, y para evitar una votación histórica de socios, Bartomeu se vio obligado a renunciar cinco meses antes de que finalizara su mandato.