Como en todo gobierno que inicia una gestión, son presentados proyectos, planes a realizar y obras a concluir, prescindiendo de aspectos sobre costos, financiamiento y otros detalles importantes; el gobierno se debe sentir impotente y hasta desconfiado de tantas propuestas que, al final, resultan vanas porque no cumplen condiciones mínimas para su realización o continuación y conclusión si ya se han iniciado mucho antes. En general, bien se puede asegurar que todo lo propuesto no concuasa con la realidad y su rechazo implica tomar en cuenta algunos aspectos complementando condiciones; rechazando otros por inconvenientes y el pedido sobre la urgencia de no desaprovechar tiempo y trabajo en obras o proyectos no realizables, especialmente cuando no cuentan con los estudios de pre-factibilidad debidos y, sobre todo, no consignan costos ni presupuestos absolutamente necesarios.
Uno de los yerros que se comete en casi todos los regímenes es aceptar cualquier propuesta de interesados del propio despacho o de extraños al sector público que buscan simple figuración; se trata de planes y proyectos sin consistencia alguna y que solamente quitan tiempo al ministro o a su personal que deben abocarse a lo más urgente y necesario, tomando en cuenta, además, al sector privado sin cuya intervención y participación se hace difícil la concreción de planes. El sector público no solamente puede aportar con capital financiero y humano experimentado, sino con tecnología. Es urgente tener en cuenta que el desarrollo y progreso de naciones ricas se debe al aporte del sector privado, porque lo público no siempre puede tener éxito y, sobre todo, captar confianza del pueblo.
El presidente debería prescindir de los “planes de última hora” y confiar solamente en aquellos que son producto de experiencias y buenos períodos de estudio y preparación; deben ser resultado de una vocación que pretende superar y cubrir una crisis que tenga la nación y, además, que no tenga parangón alguno con lo existente o que esté en preparación por el sector privado o haya propuestas foráneas para su realización.
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