Nulo distanciamiento sanitario
El comercio de comida en las calles y una amplia variedad de productos convirtieron a la sede de Gobierno en un gran espacio sin restricciones para el comercio popular en puertas de los recintos electorales y calles adyacentes, miles de clientes olvidaron el distanciamiento para evitar contagios con Covid-19.
Comerciantes y transeúntes no dieron cabida al cumplimiento de las normas municipales ni sanitarias emitidas para precautelar la salud de la población ante la presencia de la segunda ola de contagios por el Covid-19.
Los vendedores ocasionales se encargaron de cerrar calles, tomar plazas y disponer de los espacios públicos durante este domingo de elección de autoridades departamentales.
Espacios como el cruce de las villas San Antonio y Copacabana, la plaza Riosinho, la avenida principal de Chasquipampa, al sur de la sede de Gobierno, fueron convertidos en amplios mercados improvisados, donde además se ofertaba una variedad de servicios.
Los efectivos de la Guardia Municipal desplazados en la zona Max Paredes, villas San Antonio, Copacabana, Armonía, Fátima, zona Norte, Achachicala, entre las más concurridas, señalaron que los comerciantes hicieron caso omiso a toda petición para respetar la distancia mínima de 100 metros de distancia de los recintos electorales, tal como ocurrió en las justas de octubre del 2020.
“Los vendedores, sobre todo los puestos de comida se niegan a cumplir las medidas de bioseguridad, a mucha insistencia usan el barbijo, el distanciamiento social (físico de bioseguridad) no existe para ellos dicen que les quita venta”, afirmó a este matutino el guardia municipal R. Zapata.
“No entienden las explicaciones, son agresivos y hasta nos amenazan con golpearnos cuando todos debemos cuidarnos y cumplir las medidas de bioseguridad”, lamentó el mismo miembro de la Guardia Municipal cuyas expresiones fueron asentidas por sus camaradas.
El comportamiento del comercio callejero durante la jornada electoral del 7 de marzo también mostró la iniciativa de varios comerciantes que, ubicados a pocos metros de los recintos electorales, ofertaron el novedoso servicio de “plastificado instantáneo” de certificados de sufragio.
En una actitud de desorden, la venta de una diversidad de productos las calles y plazas en la sede de Gobierno se prolongó hasta horas de la noche ante la ausencia de todo control policial o municipal.