El país requiere de locales para improvisar hospitales y policlínicos que atiendan los casos que produce el coronavirus. Hay la misma necesidad y perentoriedad de disponer que muchos hospitales existentes sean refaccionados, ampliados, etc.; pero, nadie dice algo al respecto y, sin embargo, hay construcciones hechas durante catorce años del gobierno anterior, como es el caso de la infraestructura destinada a UNASUR, locales sindicales y sedes sociales que no son utilizados.
Alguna vez, durante el primer semestre del año 20l9 se dijo que habría informes sobre los “locales vacíos y sin uso”, pero nada se dijo y el mutismo se encargó de mantenerlo todo en secreto. Así se nos muestra inclusive internacionalmente como un país que requiriendo de hospitales desestima lo que tiene a medio construir o que están concluidos y se los deja abandonados. Cuando se habla de disponer de sedes sindicales surge el temor de que no se los devolvería, algo falso porque, como es lógico: si hay edificaciones propias de sindicatos, se las podría utilizar solo provisionalmente acomodándolas a las necesidades de las urgencias que tiene el país por causa de la pandemia. En cambio, edificios como el de UNASUR y otros levantados solo para cumplir compromisos demagógicos ante organizaciones extranjeras, no tienen razón de permanecer intactas y deben ser debidamente utilizados porque fueron construidos con dinero del Estado.
El gobierno debería levantar un inventario pormenorizado de esas construcciones y disponer lo necesario para que sean habilitadas para hospitales y policlínicos que se requiere con mucha urgencia. Simultáneamente a este inventario, sería conveniente hacer un detalle exacto sobre la situación y estados de los hospitales públicos que se encuentran en uso y, además, establecer cuáles son los requerimientos de equipos, vituallas, camas y otros que cada uno precisa. Otro estudio similar deberá consignar situación de quirófanos y salas de emergencia o aquellas destinadas a terapias intensivas. Son cuestiones que no deben merecer indiferencia o despreocupación de las autoridades.
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