Amadeo Gras y su obra en Bolivia

Tras la independencia de Bolivia, sectores pudientes de la sociedad charquina influenciados por los usos, modas y costumbres europeas reemplazaron las imágenes religiosas de sus salas por retratos de los miembros de las familias, como elementos de distinción. De esa manera, diversos pintores extranjeros brindaron sus servicios como retratistas.

Entre los más destacados podemos citar al pintor y músico francés Amadeo o Amadée Gras. Este célebre artista nació en Amiens, departamento de la Somme (Francia) en 1805. Sus primeros estudios los realizó en su ciudad natal, donde aprendió a ser pintor y se especializó como concertista de violonchelo. Para 1828, encontramos a nuestro biografiado viviendo en Burdeos, donde elaboró cuadros de historia y como resultado de la revolución de 1830 emigró a Londres, escapando al reclutamiento de milicianos. Posteriormente, viajó a América del Sur, llegando a Buenos Aires, el 6 de junio de 1832.

En esta ciudad por mucho tiempo se dedicó al retrato, luego se trasladó a Montevideo donde también trabajó como dibujante y contrajo nupcias con la uruguaya Carmen Baras. En 1834, junto con su esposa inició su peregrinaje por el norte argentino pasando por Tucumán, Salta y Jujuy, luego cruzaron la frontera hacia Chuquisaca, capital donde permanecieron casi un año. Durante su permanencia pintó los retratos del “mariscal Andrés de Santa Cruz, Presidente de la República, de cuerpo entero y entre otros más, los del Vicepresidente General Velasco, los del Dr. Facundo de Zuviría con sus tres hijos, de don Dionisio Puch y su esposa, del Dr. José Mariano Serrano, el prócer, Secretario del Congreso de Tucumán y entonces, ministro de la Suprema Corte, del cónsul uruguayo Francisco Muñoz”, escribió su descendiente Mario Cesar Gras. Asimismo, retrató a los a los residentes franceses: M. Corally, M. Eugenio Maupas, M. Gramer y Cesar Simón, entre otros. Sobre esta etapa, los investigadores Philippe Cros y Alberto Dodero, escribieron que Gras: “interesado en paisajes nuevos, debió de admirar las grandiosas vistas de los altiplanos, salpicados de cactus enormes y rodeados de montañas cuya piedra parece teñirse con el mismo azul intenso del cielo”. Es necesario mencionar que Amadeo también desempeñó las funciones de Director de la célebre ‘Academia de Pintura’ (1835).

Consecutivamente, al retornar a la Plata, desvió su viaje hacia Mendoza, de donde se trasladó a Chile, para luego viajar al puerto boliviano de Cobija, donde retrató a los comerciantes galos Julio Lalanne y Domingo Latrille, entre otros. Posteriormente, Gras juntó a su familia residió en Lima, donde permanecieron unos años.

En 1846, lo encontramos viviendo en Montevideo, donde se dedicó al daguerrotipo. Posteriormente, retornó a Francia en compañía de su esposa, su hijo mayor y una de sus hijas. En París se dedicó a recorrer museos, pero también estudió nuevos procedimientos de daguerrotipia. A su regreso, en 1850, se quedó en Montevideo y trabajó en la fotografía, luego se trasladó a la provincia de Entre Ríos donde vivió sus últimos años.

Lamentablemente, falleció en septiembre de 1871 dejando más dos mil cuadros. A modo de conclusión, podemos decir que los retratos que realizó, tuvieron un gran estilo y son un testimonio de una época, que actualmente son parte del patrimonio artístico de Uruguay, Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Francia.