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A más de 36 horas de aprehensión, la justicia otorgó ayer medidas sustitutivas a los sobrinos de Jeanine Añez. Los jóvenes no pueden comunicarse con la exmandataria y deben firmar un libro de asistencia cada mes y no pueden salir del país.
Juan Carlos y Carlos Hugo Añez Gil, sobrinos de la expresidenta, fueron aprehendidos el viernes durante un operativo policial que buscaba detener a su tía. La Fiscalía los imputó por impedir y estorbar en el cumplimiento de sus funciones.
El hermano de la exmandataria y padre de los jóvenes, Juan Carlos Añez, aseguró que cumplirán la determinación del juez aunque precisó que lo que correspondía era la libertad irrestricta.
“Mi molestia como padre es por los abusos, en la audiencia de medidas cautelares se constató por el informe del médico forense que mi hijo tuvo dos días de impedimento porque fue maltratado, colocándole bolsas negras en la cabeza y maltratándolo, eso me duele como padre, no debieron hacerlo, no es correcto que a un joven de 21 años le hagan eso”, dijo Añez en contacto con Unitel.
Juan Carlos, el sobrino de 21 años de la expresidenta, relató que la noche del viernes se encontraba en la casa de una de sus primas, donde llegaron dos camionetas de Inteligencia y sin previo aviso lo condujeron a celdas de la Fierza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), donde le pusieron una bolsa negra en la cabeza y empezaron a torturarlo.
“Aquí estamos con la frente en alto, ellos decían que nosotros estábamos encubriéndola, ocultando a mi tía, siendo que yo estaba en casa de una prima y no tenía conocimiento acerca de lo que ella estaba haciendo, pero ellos juraban que yo estaba con ella, que la estaba escondiendo, cosa que no era cierta. Nadie se identificó solo me jalaron del brazo y me metieron a la camioneta y me trajeron a la Felcc. Me decían que si no decía dónde estaba exactamente me iban a matar o a deshacerme en el tema de puñetes. Fueron momentos difíciles de los cuales hasta el momento de recordar a uno se le eriza la piel”, relató el joven a Unitel.
Carlos Hugo manifestó que al momento de su aprehensión le pidió al fiscal que no lo deje solo, para evitar abusos de los policías.
“A mí no me torturaron porque le pedí al fiscal que por favor no me dejara porque sé cómo procede la Policía, por eso gracias a él y a Dios no me torturaron y me mandaron a la carceleta. Nosotros estamos firmes si bien no podemos hablar con nuestra tía, ella sabe que nuestro corazón está con ella”, dijo.
