Préstamos chinos en declinación

El volumen de los préstamos financieros de China a países de América Latina registró ascenso considerable a partir del año 2008, cuando llegaron hasta los 35.000 millones de dólares en 2010, aunque para sufrir enseguida un descenso, pero del que se recuperó a partir de 2017, cuando llegó al nivel de los 25.000 millones de dólares en préstamos.

Ese panorama registró, sin embargo, cambios notables desde el año 2016, cuando el gobierno de Donald Trump, de Estados Unidos, anunció una serie de medidas para cambiar las relaciones comerciales con China, las mismas que, al parecer, junto con la pandemia del Covid-19, determinaron que el monto de los préstamos de China a países americanos (así como africanos) sufra caídas sucesivas, hasta que el año pasado los créditos que llegaron a países latinoamericanos cayeron a menos de 5 mil millones de dólares,

Esa situación, inicialmente optimista, ha sufrido abrupta declinación, haciendo cambiar no solo el panorama interno de esa nación asiática, sino también el panorama internacional.

En cuanto a América del Sur, China prestó a Venezuela 62.200 millones de dólares, a Brasil casi 30 mil millones, a Ecuador 18.400, a Argentina 17.100 y a Bolivia 3.400 millones de dólares, haciéndose en total préstamos por equivalente aproximado a 200 mil millones de dólares, que ahora reclaman Beijing y sus bancos para contener una crisis económica que se perfila con la parálisis de los préstamos y las dificultades de los deudores.

Esa política crediticia ha sufrido, por tanto, variaciones considerables, debido a que algunos países no han podido honrar las deudas, como Venezuela, que las despilfarraron y otros tienen dificultades debido a los problemas que conllevó la política de Trump en la economía, que frenó las exportaciones chinas a Estados Unidos, no enfrentó con éxito la pandemia y otros aspectos internos concurrentes.

En el caso boliviano, las inversiones chinas no han sido motivo de optimismo que se diga y algunas fueron frustradas o suspendidas definitivamente. Un crédito de 10 mil millones de dólares que ofreció al gobierno de Evo Morales quedó en nada y varios proyectos de gran magnitud han sido diferidos para las calendas griegas.