Autoritarismo
- Kixampe, se estrenó el 19 de marzo y es una canción de resistencia y lucha, afirman sus cantautoras. La canción es parte de la nueva producción musical de la rapera guatemalteca Rebeca Lane.
Las voces de las reconocidas cantautoras y activistas guatemaltecas, Rebeca Lane y Sara Curruchich, se fusionan en Kixampe, proyecto colaborativo, que se vuelve una fuerte denuncia ante la represión de gobiernos como los de Venezuela, Nicaragua y otros hacia su población.
Kixampe, palabra kaqchikel que en español significa “vengan”, se estrenó el 19 de marzo y es una canción de resistencia y lucha, afirman las cantautoras, quienes han trabajo juntas desde la composición del tema hasta la creación del contenido audiovisual.
“Nos tomamos las calles porque son nuestras, ni de Piñera, ni de Maduro, ni de Ortega…”, citó una parte de la canción con la que quieren dejar en evidencia que el arte también es una forma de alzar la voz contra las injusticias sociales.
La cantautora kaqchikel Sara Curruchich, afirmó que la colaboración busca hacer “un llamado a todas las personas para que puedan unirse a las diferentes luchas de los pueblos […]. Es una manera de hacerles ver a los Gobiernos que han pretendido silenciarnos, que no vamos a callar más”.
Mientras que la rapera guatemalteca Rebeca Lane cuenta que Kixampe habla de los tiempos actuales y es un homenaje a la memoria histórica, así como a la lucha de pueblos atrapados en “falsas democracias” que en algún momento fueron presentadas como una solución y que han aumentado sus acciones represivas usando la pandemia del Covid-19 como excusa.
A nivel musical, el tema es pegajoso y las palabras tienen un ritmo propio. Además, los instrumentos que acompañan la lírica generan una articulación que permite realizar un viaje por diferentes culturas. La canción tuvo una evolución propia. Comenzó siendo un tema más apegado a los ritmos del rap y hip hop, pero luego se le agregaron otros elementos que lo hicieron crecer más allá de estos géneros musicales.
COLABORACIONES
El sencillo viene acompañado de un video que fue escrito y dirigido por la cineasta y poeta k’iche-kaqchikel Rosa Chávez. La producción fue grabada en San Juan Comalapa, Chimaltenango, y todo el trabajo está lleno de simbolismos según sus creadoras.
Por ejemplo, la propuesta artística de Chávez presenta al imponente y sereno corazón de la montaña, que guarda la memoria histórica en los caminos, el cerro y el viento. La música de Lane y Curruchich es una ofrenda para las ancestras, las defensoras y las sanadoras.
“Trabajar en la canción y el video ha sido una primera experiencia para mí, ya que no había tenido un acercamiento tan grande con el rap. Me siento agradecida de ser parte de una canción que tiene una energía enorme. El resultado es hermoso y estoy contenta con ello, pues son nuevas puertas y ventanas musicales”, explicó Curruchich.
“La grabación del video fue mágica. Todas las personas que se sumaron al proyecto lograron que las semanas de trabajo, los talentos y las energías del equipo -conformado en un 96% por mujeres-, se vieran reflejado en el resultado final del video. Como artista, significó un momento de encuentro con mujeres que admiro”, agregó Lane.
IDENTIDAD
El lanzamiento de Kixampe coincide con el debut de Llorando Diamantes, la nueva producción musical de Rebeca Lane. El material es un EP de cuatro canciones, de las cuales ya se estrenaron Para qué llorar y La Tatuana.
Llorando Diamantes, de acuerdo con Lane, es un reto artístico por ser un material creado y producido dentro de las restricciones impuestas por la pandemia.
Sin embargo, es un trabajo que marca el camino hacia donde quiere apuntar con su música y su lírica, las que tienen como objetivo ampliar sus redes de apoyo y utilizar otros recursos para mezclar los sonidos clásicos del hip hop con productores como PrimoBeatz y Básico 3. Su meta es crear sonidos propios, con una identidad centroamericana. (La Trinchera)
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