Reactivación de la Planta de urea de Bulo Bulo

En diversos círculos económicos del país ha causado satisfacción la noticia sobre que las autoridades del gobierno han decidido reactivar la planta de urea y amoníaco de Bulo Bulo, ubicada en la localidad del mismo nombre en el Departamento de Cochabamba.

El agrado es mayor no solo porque se reactiva esa industria, sino porque se dará movimiento a una inversión que costó al pueblo boliviano la enorme suma de cerca de unos mil millones de dólares que no están rindiendo algún beneficio para el país y que debían estar aportando beneficios financieros, como corresponde a cualquier tipo de inversión.

Como se sabe, el gobierno de Evo Morales en el año 2011 adquirió ese enorme equipo de la firma Samsung Engineering Co. Ltda., el que después de su instalación fue inaugurado en septiembre de 2017, con el objetivo de industrializar el gas nacional de acuerdo con un proyecto para aprovechar dentro del país esa materia prima, evitar su exportación para su industrialización más allá de nuestras fronteras, crear fuentes de trabajo, consolidar recursos financieros para beneficio del pueblo boliviano, etc.

Después de su inauguración, Bulo Bulo enfrentó dificultades propias de una industria de tan enorme magnitud, problemas de mercados de consumo y otras que hicieron que sea calificada como “obra faraónica”, que requería nuevo diseño técnico. No solo eso, el gobierno de transición de Jeanine Áñez al considerar aspectos técnicos y financieros procedió a paralizar esta industria, actitud que fue definida como que la medicina resultó peor que la enfermedad.

Al presente, el gobierno decidió activar esa inversión de mil millones de dólares y, en primer lugar, ha puesto en el centro de esa planta dos comisiones encargadas de hallar solución a su crítica situación y reactivarla en un corto plazo, de tal forma que produzca las ganancias que demanda una inversión de tan grande magnitud. Esas decisiones han causado satisfacción en varios sectores sociales y es de esperar que se cumplan más a corto que a largo plazo.