Fronteras continúan en abandono, mientras crecen bases militares

Tras la conmemoración del Día del Mar por los 142 años de la toma de Calama por parte de fuerzas invasoras chilenas el 23 de marzo de 1879, el investigador boliviano Eddy Velasco Velasco lamentó que hasta la fecha los gobiernos bolivianos descuiden las fronteras y no se equipe adecuadamente a las Fuerzas Armadas para el cumplimiento de su deber constitucional de defender el territorio nacional.

Velasco señala que es de lamentar que se hayan descuidado las fronteras al grado que países limítrofes lleguen a instalar bases militares en cercanías de las fronteras con Bolivia, instalaciones que incluso cuentan con aeropuertos para el arribo de diversas aeronaves de carácter militar, ante la vista pobladores de localidades fronterizas.

“El cambio del color del uniforme y pintado de vehículos militares no cuenta como potenciamiento militar. Tenemos nuestros cuarteles militares hechos de barro, mientras Chile tiene fortificaciones militares y aeropuertos subterráneos, nunca se ha pensado en la seguridad externa. Corresponde que los recursos del IDH”, lamento el investigador en contacto con EL DIARIO.

Además, cuestiona que por muchos años, los recursos hidrocarburíferos que fueron defendidos por soldados bolivianos en la Guerra del Chaco no sean destinados en un porcentaje mínimo para el mejoramiento de las condiciones de las FFAA y de esta forma se mejore la defensa y protección del territorio nacional.

Velasco también denunció que en el caso de Chile, existen bases ubicadas en la localidad de Cariquima, a 10 kilómetros de la frontera, mismas que contarían con pistas de aterrizaje y un helipuerto, donde se realizan maniobras de combate con aeronaves de carácter militar de última generación, poniendo en peligro la soberanía de Bolivia. “¿A qué estamos jugando? ¿Quieren intervenir en Bolivia?”, cuestiona Velasco.

Recordó que ya presentó una denuncia al gobierno de Evo Morales en el 2016, este reclamo primeramente fue negado por el entonces Ministro de Defensa, Reymi Ferreira, pero luego se manifestó un reclamo formal. “Es increíble cómo estamos retrocediendo en materia de comunicación”, señaló.

Sobre la atención de las autoridades nacionales a la defensa de las fronteras, Velasco lamentó que desde hace ya varios años se haga de lado las necesidades para mejorar el cuidado de las fronteras, por lo que no se puede exigir que las FFAA realicen un buen trabajo en este sentido.

“Hay dejadez, qué le podemos pedir a los militares bolivianos, si ellos no están armados ni tienen los medios para poder defender la soberanía nacional”, indicó.

Informó que aún no ha logrado tener acercamientos con el gobierno del presidente Luis Arce para expresar estas demandas y denuncias, aunque no cuenta con esperanzas de que la situación mejore, pues el primer mandatario ya formó parte del gobierno de Evo Morales, gestión en la que se priorizaron otras áreas antes que el resguardo de fronteras.

El investigador agregó que existen otras dos instalaciones militares chilenas en cercanía de la frontera con Bolivia, estas estarían ubicadas en las localidades de Putre y Carampampa, mismas que según Velasco, sirven para realizar operaciones militares. Actos que, de comprobarse, podrían generar conflictos en un futuro.

El último impase ocurrido entre los gobierno de Bolivia y Chile por maniobras militares realizadas en cercanías de la frontera entre ambas naciones por fuerzas militares del vecino país, se registró el año 2015, en esa ocasión, el entonces ministro de Defensa, Reymi Ferreyra, refirió que todos los países tienen libertad para realizar maniobras militares en fronteras, pero estas deben ser informadas mediante Cancillería a los países que pudieran resultar afectados por posibles violaciones a su soberanía.

En abril de 2016, la base militar de Cariquima fue instalada en la región del desierto de Atacama, esta instalación militar pertenece a la Segunda Brigada Acorazada Cazadores del Desierto, de la VI División del ejército chileno y está ubicada en el radio del pequeño poblado de 400 habitantes.

Por sus características, presenta gran capacidad de movilización de tropas y equipamiento para combatir el clima extremo de la región, según su entonces comandante, coronel Pablo Onetto Jara, su misión es sentar presencia en la región norte, y colaborar con los pobladores del lugar.

“La Base Patrulla instalada en esta localidad del altiplano chileno tiene la finalidad de marcar presencia militar en zonas aisladas, donde hay compatriotas haciendo soberanía, así ellos sienten que el Ejército les puede prestar un apoyo permanente; además, se sienten seguros”, según el portal de radio Bio Bio.

Esta base forma parte de una red de instalaciones en la zona, las otras son: Las bases de Putre (provincia de Arica) y Parinacota, en la frontera con Perú.