Defensa del medioambiente
El movimiento más grande del mundo en defensa del medioambiente, La Hora del Planeta, fue realizado ayer en varios países de forma virtual por la amenaza del covid-19, reunió a millones de personas, empresas y líderes para destacar la urgente necesidad de abordar la pérdida de la naturaleza y el cambio climático. El llamado está en poner a la naturaleza en el centro de los esfuerzos para asegurar nuestro futuro.
Debido a las restricciones por la pandemia, La Hora del Planeta se realizó en Bolivia de forma virtual con invitados especiales de diversas áreas y especialidades que se sumaron a este llamado por la naturaleza y se centró en el apagado simbólico de las luces como convocatoria a la acción y un compromiso con su cuidado y preservación.
“La información internacional y local con la que contamos son una alarma a la que debemos reaccionar de forma inmediata. La pérdida de biodiversidad está aumentando de manera preocupante, siendo que anualmente millones de hectáreas se ven afectadas por incendios forestales. Se calcula que alrededor del 17 % de la Amazonía se ha perdido, de forma irreversible. En Bolivia, sólo en el frente de deforestación en la Amazonía, se calcula la pérdida de un 11 % de nuestros bosques. Es momento de alzar la voz por la naturaleza”, destacó Samuel Sangüeza, representante de WWF-Bolivia.
Otros datos preocupantes de estudios realizados por la organización destacan globalmente, las poblaciones monitoreadas de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios han disminuido en 68 % en promedio; en América Latina el resultado es aún más impactante con una reducción en promedio del 94 %. Los estudios también destacan que un 51.2 % de la pérdida de biodiversidad fue ocasionada por los cambios en el uso de suelo, una pérdida que amenaza la seguridad alimentaria global. “Se trata de algunos datos que nos deben llamar a la reflexión. Todavía estamos a tiempo de reaccionar y ser los agentes de cambio que nuestro planeta necesita para asegurarnos un futuro en armonía con nuestro entorno”, reflexionó Sangüeza.
La Hora del Planeta es el movimiento medioambiental global insignia de WWF. Nacido en Sydney en 2007, La Hora del Planeta ha crecido hasta convertirse en uno de los movimientos de base más grandes del mundo por el medioambiente, inspirando a personas, comunidades, empresas y organizaciones en más de 180 países y territorios a emprender acciones medioambientales tangibles durante más de una década.
Históricamente, la Hora del Planeta se ha centrado en la crisis climática, pero más recientemente, se ha esforzado por traer también a primer plano el problema de la pérdida de la naturaleza. El objetivo es crear un movimiento imparable por la naturaleza, como lo hizo cuando el mundo se unió para abordar el cambio climático. El movimiento reconoce el papel de las personas en la creación de soluciones a los desafíos ambientales más urgentes del planeta y aprovecha el poder colectivo de sus millones de participantes para impulsar el cambio.
En la última década, La Hora del Planeta ha inspirado iniciativas globales para la protección de la naturaleza, el clima y el medioambiente, ayudando a impulsar la conciencia, la acción y el cambio de políticas. El movimiento ayudó a la creación de un área marina protegida de 3,5 millones de hectáreas en Argentina, un bosque de la Hora del Planeta de 2.700 hectáreas en Uganda, consiguió una nueva legislación para la protección de los mares y bosques en Rusia, impulsó la prohibición de los plásticos de un solo uso y productos de espuma de poliestireno en la capital ecuatoriana e inició la siembra de 20.000 plántulas de manglar en 13 ciudades de Indonesia. En Bolivia, la comunidad de la Hora del planeta cuenta con la participación de 55 instituciones del sector público, privado, academia y la sociedad civil, que se han unido a este llamado.