Desarrollo de una planificación de retorno

Un nuevo telón de fondo permite visualizar otra rocambolesca jugada de nuestros aprendices de brujos o pretendidos políticos, (politiqueros). El plan que se trae entre manos es el retorno de Evo Morales a la dictadura. Cinco años de espera para otra intentona electoral es insufrible para los adictos del poder, seguidores del “jefazo”. El plan del regreso está a la vista. Si para esto es necesaria la cabeza del presidente Arce fuera de la Casa Grande es lo que menos importa. La sentencia parece ser: “yo te puse, yo te saco”. Este acto, aun entre bambalinas, se dice que tiene como apoyo el “ala radical” del MAS. La ciega obediencia a Morales y compañía, ahorra hacer diferencias en esa tienda. Todos están “cortados por la misma tijera”. Así, el Legislativo no apoyaría a Arce en ninguna circunstancia. Precavido, Morales seleccionó uno a uno, a los ahora mayoritarios diputados y senadores.

La ruta crítica es asentar judicialmente la superchería del “golpe de Estado”, mediante un ya redactado fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional. La decisión emergería a mera solicitud y no faltarán los y las Lidia Patty. Entretanto, como cortina de humo, se aviva la versión de las “masacres” de Sacaba y Senkata y se señala a la expresidenta Jeanine Añez como principal responsable. Se la sentencia, desde ya, a una reclusión de 30 años. Elocuente advertencia a cuantos quieran levantar cabeza contra el régimen. Sus ex ministros y los mandos militares de entonces no dejarán de recibir lo suyo. Sin antifaz, Iván Lima, ministro de Justicia, proclama que careciendo el MAS de dos tercios legislativos para procesar a la expresidente en juicio de responsabilidades –como debería ser constitucionalmente– tienen todo lista para recurrir a la vía ordinaria en la que incluirán las presuntas “masacres”. He ahí la confesión de una manipulación monstruosa de ilegalidad.

Debatiéndose el propio gobierno en la duda de los cargos concretos que harán pesar sobre la detenida, adelantan que será procesada por delitos dizque cometidos cuando era senadora, pero se la somete a una despiadada reclusión a despecho de su grave estado de salud. Por ahora, difusamente, se pretende sindicarla por terrorismo y sedición. Se atribuye a las conocidas reuniones en la Universidad Católica carácter conspirativo. Este cónclave tuvo lugar a invitación de Susana Salvatierra, dimitente de la presidencia del Senado por lo menos 24 horas antes. Al encuentro concurrió la Conferencia Episcopal, el Embajador de España y los representantes de organismos acreditados en el país. Los presentes velaron sobre todo por la vida de Evo Morales –no obstante que nadie la amenazaba– gestionando su partida en avión a México.

Dispuesta por un juez la internación de la señora Añez a una clínica donde pueda ser debidamente atendida, el Procurador del Estado, vale decir el Ejecutivo, instruyó in continenti la reposición o revocatoria de esta decisión judicial pese que los fallos de este tipo son de ejecución inmediata y no admiten dilaciones. Empero la Justicia acogió temerosa esta flagrante injerencia. En todo caso, el Órgano Ejecutivo es el encargado de cumplir y hacer cumplir los fallos judiciales. Entonces el “justiciero” ministro se hundió en un silencio cómplice.

Según planificación de los estrategas oficialistas de noviembre de 2021, enseguida de la renuncia del presidente y de toda la cadena da la sucesión constitucional de mando, los dos tercios de ambas Cámaras legislativas debían procurar que la renuncia expresa de Morales quede en el limbo. Acto seguido debía desencadenarse el terror, como ocurrió, a cargo de hordas masistas estipendiadas, sucesos de los cuales es testigo el país entero. Producido un hondo vacío de poder y campeando el terror, la población se vería obligada a clamar el regreso al poder del “insustituible”. Este y sus más inmediatos, cobardemente, se pusieron a buen recaudo en el extranjero. Frente a la persistencia del terror en El Alto y provincias de Cochabamba, y esta ciudad a punto de ser pasible de asalto y saqueo, el gobierno se vio precisado a evitar estos actos y la efusión de sangre. Cualesquier gobiernos tienen la responsabilidad de garantizar la vida y la tranquilidad ciudadana por sobre todas las cosas.

Establecidos compromisos de pacificación con sectores sociales. Frustrado el indicado retorno “glorioso” aún persistieron desesperadas instrucciones de impedir el ingreso de abastecimientos a las ciudades y de rendirlas por hambre. Todos los cargos pendientes por estos sucesos han sido sobreseídos por el gobierno Arce, al paso que se inicia la persecución política contra opositores. Dicen los oficialistas que, junto a lo señalado, más de 1.500 personas fueron detenidas. Nadie los desafió a exhibir la presunta nómina debidamente comprobada y hacer lo propio si el lánguido Ministerio Público los incriminó a lo largo de once meses. La mentira repta imponerse una vez más. El gobierno “represor” de Áñez no tocó ni un cabello a los que impidieron la llegada de oxígeno a las ciudades aquejadas de coronavirus. Tampoco a los alcaldes masistas que coludieron con los bloqueadores.

Instalada la versión del “golpe de Estado” y por consiguiente relegado como inexistente el fraude electoral de octubre de 2019 y siendo de facto todo lo actuado por el gobierno transitorio, a pesar del funcionamiento de la Asamblea Legislativa Plurinacional con dos tercios del MAS, para la óptica maquiavélica la elección y el mandato de Luis Arce y su gobierno devienen también de facto. Habiendo retornado la situación a fojas cero, Evo Morales retornaría al poder. Amén.

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