Tras el daño a equipos de tecnología de punta y malas gestiones en la Planta de Amoniaco y Urea (PAU) de Bulo Bulo en Cochabamba, durante 2020, que paralizó la producción en ese complejo industrial, se cuantificó un daño económico al Estado por 291,19 millones de dólares. De este monto 53,14 millones es el costo destinado para su reactivación, entretanto, el exministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, dijo en 2019 que la planta ya estaba paralizada, y por ello solicitó auditorias.
Wilson Zelaya, presidente de YPFB, informó que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos trabaja sin descanso para que este megaproyecto vuelva a operar.
Pero todavía no hay información sobre el pedido que hizo la exautoridad al jurar al cargo. Como se recordará en la puesta en marcha del megaproyecto, la misma paralizó sus operaciones, y la ex autoridades indicaron que era por mantenimiento.
Aunque los expertos en el tema indicaron que la falta de materia prima obliga a la planta a no utilizar toda su capacidad, y ahora que el país redujo su producción tal vez la historia se repita aunque por el momento las autoridades responsabilizan de los daños a la anterior administración.
Desde YPFB informaron qué pese a que el 73 % del personal de la planta fue retirado, se apunta a que las actividades de preoperación se inicien el próximo mes.
El viernes se realizó una visita a la planta y además de Zelaya participaron autoridades nacionales, departamentales y municipales al igual que diputados, senadores y organizaciones sociales.
Se espera que tecnólogos de Japón y EEUU realicen el diagnóstico de los equipos del complejo industrial. Uno de los equipos más afectados es el sistema servomotor del actuador de la turbina. “Ese equipo ya está encomendado a una empresa subsidiaria para que pueda llevarlo a los Estados Unidos y, a través de un licenciante, hacer la reparación. Asimismo, ya se ha colocado la orden de compra del equipo para que pueda venir en su condición de fábrica”, adelantó la autoridad.