En medio de crisis política
> Fuentes dijeron que los altos mandos militares ya estaban descontentos con el papel del exministro de Salud Eduardo Pazuello, un general en activo al que se atribuye la falta de vacunas y el escaso control de la pandemia
Brasilia.- Brasil reemplazará a los tres jefes de sus Fuerzas Armadas, dijo ayer el Ministerio de Defensa, mientras el país más grande de América Latina, ya sacudido por la pandemia, enfrenta una creciente crisis entre el presidente Jair Bolsonaro y el Ejército.
La salida de los tres principales comandantes militares de Brasil se produce un día después del cambio de gabinete más dramático desde que Bolsonaro asumió el poder, incluida la sorprendente salida de su ministro de Defensa.
El ministerio dijo en un comunicado que los jefes del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea serán reemplazados, sin dar detalles.
Sus salidas subrayan la escala de la crisis política y de salud pública que afligen a Brasil, que se ha convertido en el epicentro mundial de la pandemia de coronavirus. También revelan un marcado cambio en las relaciones entre Bolsonaro, un excapitán del Ejército de extrema derecha, y los miembros de carrera de las Fuerzas Armadas que se ha acentuado por su manejo de la pandemia del covid-19 en el país.
Desde que asumió el cargo en 2019, Bolsonaro colocó a militares en servicio y retirados en todos los niveles de su gobierno, lo que hace temer que la reputación de los miembros de la rama armada se resienta.
La presión de Bolsonaro sobre los altos funcionarios militares para que le exhiban públicamente su apoyo político agrió las relaciones y desencadenó las dramáticas consecuencias conocidas esta semana, según personas familiarizadas con el asunto.
Las fuentes dijeron que los altos mandos militares ya estaban descontentos con el papel del exministro de Salud Eduardo Pazuello, un general en activo al que se atribuye en general la falta de vacunas y el escaso control de la pandemia. Bolsonaro reemplazó a Pazuello la semana pasada.
Si bien Bolsonaro ha criticado los confinamientos, ha sembrado dudas sobre las vacunas y ha promovido curas "milagrosas" no probadas, el Ejército se ha tomado el brote muy en serio.
En una entrevista esta semana que incrementó las tensiones con Bolsonaro, el principal funcionario de salud del Ejército dijo que la fuerza había logrado mantener las tasas de mortalidad por covid-19 en un 0,13 %, muy por debajo del 2,5 % entre la población en general.
El militar también abogó por el distanciamiento social, instó al uso de mascarillas y advirtió sobre una posible tercera ola de infecciones.
"El Ejército está extremadamente traumatizado por la experiencia con Pazuello y decidió dejar el frente de batalla del gobierno, no solo para preservar al Ejército como una institución estatal, sino también para descartar una alineamiento (con el gobierno)", dijo Leonardo Barreto, director de Análisis Vectorial.
"El Ejército tiene muy claro que tiene mucho que perder en este proceso", agregó.
REMOCIONES
El Ministerio de Defensa dijo que la decisión de destituir a los tres jefes militares se tomó en una reunión más temprano el martes con la participación del ministro entrante de Defensa, Walter Braga Netto, y su predecesor, Fernando Azevedo e Silva, cuyo sorpresivo reemplazo fue anunciado el lunes.
Azevedo e Silva había dicho a sus cercanos que se sentía incómodo en el gobierno y que enfrentaba presiones del presidente para que las Fuerzas Armadas le mostraran una mayor lealtad, dijeron las fuentes.
"Bolsonaro quería que las Fuerzas Armadas se involucraran más en el gobierno. Quería declaraciones públicas de apoyo. (Azevedo e Silva) Se negó", dijo una persona informada sobre las discusiones.
Después de su partida, Azevedo e Silva habló con varios magistrados de la Corte Suprema, quienes querían sondearlo sobre el riesgo de amenazas constitucionales a futuro, dijeron las fuentes. Uno de ellos dijo que luego de esas conversaciones, los magistrados salieron convencidos de que los militares evitarían agravar cualquier crisis política.
Bajo una creciente presión para frenar una pandemia que ha matado a más de 300.000 brasileños, Bolsonaro realizó seis cambios en el gabinete el lunes, en la mayor reorganización ministerial hasta la fecha.
Tres ministros abandonaron el gobierno, incluido el canciller Ernesto Araujo, cuya partida se produjo tras las crecientes críticas de los legisladores por su incapacidad para garantizar más suministros de vacunas para el Covid-19 desde Pekín y Washington.
Bolsonaro aprovechó la pérdida de uno de sus aliados más leales para apuntalar el apoyo en su gabinete, poniendo a su jefe de gabinete a cargo del Ministerio de Defensa y colocando a un policía federal cercano a su familia a cargo del Ministerio de Justicia. (Reuters)
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