Cuando las grandes obras se las puede traducir y mostrar plenas de amor y entrega, bien se puede decir que El Diario se ha mostrado como símbolo de las cualidades y virtudes señaladas, porque así lo revelan millones de sus páginas que en ll7 años reflejan su obra. Y tal vez lo más importante y notable es que el amor y las luces irradiadas, por el servicio al bien común, han demostrado cuánto es posible conseguir con voluntad, conciencia de país, vocación de servicio y pasión por la libertad, la justicia y la democracia.
La decisión del fundador de esta obra, don José Carrasco Torrico, dio lugar a que con el correr del tiempo El Diario se convierta en aula de enseñanza y formación de grandes pensadores, escritores, editorialistas, novelistas, poetas, periodistas y obreros - artistas de las artes gráficas; fue centro y escuela de quienes buscaron realizar y perfeccionar su capacidad creativa en toda forma y expresión del periodismo para que sea guía y pendón de la comunicación social. Para seguir en lucha imparable con sus colegas, sean diarios, revistas, radios, canales de televisión y muchos medios de comunicación alternativa, porque es la misma conciencia de amor y servicio que guía los pasos de quienes aman y sirven con dignidad y patriotismo a la Patria.
Han transcurrido, pues, ll7 años en los que se tuvo el honor y la satisfacción de amar y servir al bien común, de luchar por la libertad de expresión, por la justicia, las libertades y la democracia, un tiempo que sirvió para soportar, con estoicismo y valentía, persecuciones, clausuras, amenazas y acciones de hecho contra sus periodistas y directores. En el último tiempo de un año y un mes, este diario se vio enfrentado --como todos los países y todos los medios de comunicación del orbe-- al coronavirus que también cobró réditos con la vida de muchos de sus colaboradores y amigos; pero, se lo hizo con estoicismo, persistencia en los valores y principios, sin claudicación alguna y, sobre todo, con la esperanza de que Dios ayudará al mundo a superar el mal que tocó vivir a la humanidad. Nada, pues, hizo retroceder o produjo merma en el amor y vocación de servicio de este diario que seguirá en la misión de ser luz y fortaleza del espíritu de la patria boliviana que, pese a haber soportado todo tipo de vicisitudes, sabrá encarar y salir victorioso ante todo desafío, por duro que sea.
Finalmente, como corolario, podemos reiterar un pasaje de la vida de este diario, Decano de la Prensa Nacional: Un asiduo lector, ante las dificultades habidas, peguntó al Director: “¿Por qué este periódico soporta tanto y no se arredra?”. La respuesta, clara y contundente: ¡Porque se ama a Bolivia y mientras eso suceda, quienes laboramos diariamente en El Diario, seguiremos adelante, sin claudicación alguna y tratando de amarla y servirla mejor!
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
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