Resultados de la Revolución Nacional

Uno de los métodos del planeamiento estratégico es el de resultados, es decir qué resultados se busca y qué resultados se obtiene. Siguiendo este método en el presente análisis, veamos cuáles han sido los resultados del proceso de la Revolución Nacional, que se ha recordado el pasado 9 de Abril, en el orden social.

No cabe duda que una de las medidas revolucionarias fue el haber concedido la categoría de ciudadanos, con igualdad de derechos y obligaciones, a más del 65% de la población de ese tiempo, que estaba constituida por los indígenas que estaban en la condición de “pongos”, es decir de “siervos de la gleba”.

A sesenta y nueve años de esa gesta revolucionaria, uno de los resultados es, sin duda, la castellanización de los indígenas, que los hace iguales en el uso de la lengua oficial, el español, pues hasta hace unas décadas no podían comunicarse con sus semejantes no indígenas, sino en su propia lengua.

Otro de los resultados ha sido el acceso de todos a la propiedad de bienes y servicios, de la que estaban excluidos los indígenas, pues en su condición de “pongos” eran parte de la tierra, de tal manera que eran vendidos con la misma, al igual que los animales. En los medios escritos de antes de la Revolución, se ofrecía haciendas con x cantidad de “pongos”, llamas, ovejas, etc. La revolución les concedió las tierras que trabajaban para beneficio de otros.

El acceso a la educación fundamental fue otro de los logros de la Revolución, pues en los doce años que tuvo vigencia plena ésta, se construyó más escuelas en el campo que en toda la historia anterior. Más aún, el acceso a la educación superior, y hoy estudia más gente de origen indígena, que blancoide, basta con mirar las listas de estudiantes matriculados en las universidades.

Se ha superado definitivamente la exclusión y discriminación peyorativa por el origen étnico, de tal manera que los prejuicios que separaban a “decentes” de cholos e indios, es cosa del pasado y el acceso de todos a todo es en gran medida, de acuerdo con las posibilidades económicas. En este tiempo se ha dado un segmento de la sociedad que es la denominada “burguesía chola”, término que gustaba mencionar el señor García Linera, uno de los teóricos del populismo-masista.

Se han incorporado a las clases medias miles de personas de origen indígena, que han dejado su anterior situación por otra, fruto del conocimiento, economía, y formas y costumbres de vida occidental.

El acceso al desempeño de funciones públicas, antes reservado sólo a los grupos sociales blancoides y de apellidos hispanos, es ahora mayoritariamente de conciudadanos de origen indígena, es decir que sociológicamente se ha producido un ascenso en la escala social.

El liberalismo y el socialismo de corte marxista coinciden en proclamar la igualdad de todos antes las leyes, derechos y obligaciones, aunque los primeros proclaman a la propiedad privada como sagrada, los segundos la colectivizan. Los denominados sectores sociales populares habitan ahora una urbe que es la de mayor crecimiento en todos los órdenes.

El grueso de la actividad económica informal (más del 60% de la población económicamente activa PEA) está conformado por gente de origen indígena, otras actividades, como el transporte, la seguridad pública, etc., están ocupadas por gente originaria o indígeno-mestiza.

El discurso “indigenista” del populismo- masista, tras del que se han cobijado los otrora socialistas-comunistas del Foro de San Paulo (hoy Puebla), es sólo una postura demagógica, que ha servido para dividir y enfrentar a la sociedad boliviana, entre nosotros los… y ustedes los…, cuando vemos que ya en la Revolución Nacional, fueron tomadas las medidas sociales más importantes en beneficio de las mayorías nacionales de ese tiempo.

Nuestra Patria es una sola, y es resultado de una historia común, pues no olvidemos que: “somos resultado de nuestra historia”. Todos debemos sentirnos orgullosamente bolivianos.

El autor es Abogado, Politólogo y escritor.