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La carrera de los navegadores por copar espacios en el mercado sigue vigente. Firefox está perdiendo usuarios. Y la mayoría de ellos están pasando del venerable navegador a Microsoft Edge.
De acuerdo a un informe de los analistas de mercado StatCounter, Edge tiene una cuota de mercado global de poco más del 8% en desktop. Es decir, ocupa ya la tercera posición sólo por detrás de Google Chrome (67%) y Safari (10%).
Aunque el informe de StatCounter no muestra necesariamente que el éxito de Edge se haya producido a expensas de Firefox, un informe separado de Windows Latest sí lo afirma: según los datos del último año, la publicación afirma que Edge ha ido creciendo de forma constante, mientras que Firefox ha ido perdiendo usuarios y el resto se han mantenido más o menos igual.
Microsoft parece tener un éxito en sus manos: si Edge sigue sumando nuevos usuarios a este ritmo podría superar a Safari este año y convertirse en el segundo navegador más importante del mundo, aunque sólo para el desktop.
Si añades móviles y tabletas a la muestra, Firefox sigue por delante de Edge. Sin embargo, el informe asegura que Firefox también ha perdido usuarios en esas plataformas.
El éxito de Chromium
Después de dominar el mundo con Explorer y perder el trono contra Chrome, Edge no se convirtió en un rival importante hasta finales de 2018, cuando Microsoft anunció que adoptaría el motor web Chromium de código abierto.
Según Microsoft entonces, la idea de adoptar Chromium tiene como objetivo “crear una mejor compatibilidad web para nuestros clientes y una menor fragmentación de la web para todos los desarrolladores web”. En su día, también se comprometió a convertirse en un “importante colaborador” del proyecto Chromium para que Microsoft Edge y otros navegadores funcionen mejor tanto en PC como en otros dispositivos.
Ahora, Edge es un peligro para Firefox pero también para todo el mundo, incluyendo Google. Microsoft es dueña de Windows y, si Edge sigue siendo un navegador rápido, competitivo y con una mejor experiencia que Chrome, no es difícil imaginar que un día le robe a Chrome la corona que en su día le robó Google.
