El 18 de abril de 1891 se reapertura el Colegio Militar del Ejército ante una serie de acontecimientos políticos que casi ocasionaron su desaparición. Sin embargo, el Colegio Militar nació junto con la República el 13 de diciembre de 1825, mediante decreto supremo, durante la presidencia de Simón Bolívar. Resaltando que las Fuerzas Militares, organizadas por los guerrilleros de la Independencia, existen desde antes de la creación de la Republica.
Las páginas de la historia del Colegio militar del Ejercito están embellecidas por acciones, hechos y campañas, con austeridad de la vida militar, bajo una disciplina exigente y moralmente digna para el correcto ejercicio del mando y de la obediencia. De nuestro venerable instituto han egresado oficiales de condiciones sobresalientes, con atributos de coraje, abnegación y sacrificio, de grandes hazañas en diferentes contiendas bélicas, como también en el quehacer político, económico y social, proporcionando grandes reivindicaciones a los trabajadores, al pueblo boliviano y al Estado en su conjunto, como la “autonomía universitaria, la nacionalización de los hidrocarburos, el reconocimiento a los sindicatos, el derecho a pensión, al retiro voluntario, la abolición permanente del pongueaje y mitaje (modos de esclavitud instaurada por los españoles durante la Colonia), la creación de la Corporación Boliviana de Fomento, diseño del plan Bohan, la nacionalización del Banco Central de Bolivia, la nacionalización de las ganancias de la gran minería, creación del Banco Minero, el Código de Trabajo y muchas leyes más que coadyuvaron a la consolidación del Estado Boliviano”.
Los caballeros cadetes en diferentes etapas de la historia, pasaron por serias vicisitudes, pero nunca los doblegaron, incluso ofrendando sus propias vidas a cambio de su lealtad al pueblo a sus leyes y reglamentos. Nunca lograron ni lograrán cambiar su trilogía: DIOS, PATRIA Y HOGAR, …. “porque es deber del que aspira a la espada sostener el honor nacional”.
Hoy en este 130 aniversario del Colegio Militar del Ejército, todos los integrantes del servicio pasivo y reserva de las FFAA de Bolivia, junto al servicio activo, rendimos nuestro homenaje al glorioso Colegio Militar, no solo por un deber, sino por gratitud.
Por nuestro compromiso de lealtad y servicio a Bolivia, reafirmamos nuestro lema: “subordinación y constancia”.
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