En medio de pandemia y guerra
Alrededor de 1,4 millones de niños llevan más de un año sin acudir a la escuela en la región etíope de Tigray (norte) a causa del cierre de centros por la pandemia de coronavirus y el conflicto desencadenado en noviembre tras la ofensiva del Ejército contra el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF), según Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
"Esta es una emergencia de protección, de educación y de nutrición", ha señalado el portavoz de Unicef, James Elder, que ha realizado recientemente una visita a la región, antes de agregar que más de un millón de personas se han visto desplazadas por la violencia, en medio de los enfrentamientos en la zona.
"Vi mucha destrucción de los sistemas de servicios esenciales, de los que dependen muchos niños para sobrevivir. También he escuchado relatos desgarradores de violación y violencia sexual de parte de niños y mujeres", ha señalado Elder.
Según los datos de Unicef, más de 3.000 niños no acompañados han sido identificados y registrados en las regiones de Tigray, Afar y Amhara, en el norte de Etiopía, y ha empezado a darles cuidados provisionales, además de trabajar para intentar localizar y unificar a las familias separadas por el conflicto.
La ofensiva en Tigray arrancó el 4 de noviembre por orden del primer ministro en respuesta a un ataque del TPLF --que entonces gobernaba en Tigray-- contra una base del Ejército en la capital regional, Mekelle, que se saldó con la muerte de un importante número de militares etíopes. (Europa Press)
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