Desde hace mucho tiempo, la prensa del mundo –entre ellas este diario- ha sostenido, especialmente por los malos comportamientos del Sr. Trump, que Estados Unidos “tiene virus” que lo atacan periódicamente y cuyos contagios lastiman a todas las naciones. Esta vez, el presidente Joe Biden ha expresado que EEUU soporta la pandemia del armamentismo. Podía haber dicho que ahora soporta también la pandemia de portar armas de uso personal junto al coronavirus que castiga severamente a todo el mundo y cuya acción letal es imparable. Consta a la humanidad, desde hace siglos, que el armamentismo es el virus armamentista que castiga severamente a su país y que, mientras no hayan correctivos a las políticas desarrolladas en los Estados Unidos que arman cada día más a sus habitantes, no habrá quien pare lo que podría denominarse genocidio planificado que consta de tres enemigos: fabricación masiva de armamentos llegando al extremo nuclear, provisión de armas para que su población la compre con toda libertad y la use discrecionalmente; y el accionar imparable del coronavirus que se ha hecho parte indivisible de todas las naciones. Este trio implacable tiende a dominar al planeta que, hasta ahora, no tiene formas ni medios para enfrentarlo.
El presidente Biden ha declarado que tiene la intención de reducir la venta y uso de armas en su país; pero, con esa declaración sólo ha reiterado lo que todos sus antecesores han dicho y hasta prometido: prohibir la venta de armas, pero ninguno ha cumplido porque, según todo demuestra, son los empresarios armamentistas los que controlan las políticas del gobierno en el campo de las armas de todo tipo y mientras ellos no supriman la fabricación y venta de lo que sirve solamente para matar, nadie podrá suprimir su venta y uso. El Presidente parece olvidar que la Segunda Enmienda a la Constitución permite la venta y uso libre de armas en los Estados Unidos. ¿El Sr. Biden podrá contradecir lo que señala la Segunda Enmienda? ¿No es acaso la Constitución que tiene primacía en la vida estadounidense?
El caso es difícil porque si el Congreso no aprueba, no pasa nada ya que “no se mueve una hoja de árbol mientras el Congreso no apruebe” Y esta realidad es la que se impondrá en caso de presentarse la propuesta del Presidente. Por otra parte, lo que debe hacerse no es sólo la reducción sino la fabricación, venta y uso de armas de todo tipo; de otro modo, seguirá la ola de crímenes a personas de toda laya sin que nadie pueda poner coto a lo que ya parece un genocidio. Por otra parte, habría algo preocupante en la misma población: el que no sabe tiene que aprender a usar armas. Ello es muy grave; pero, qué será posible con representantes y senadores que poco o nada contribuyen a la paz, respeto y convivencia entre los habitantes de los Estados Unidos que, de ser un país pacifista, tiende a convertirse en ejemplo de crímenes y matanzas porque todos tienen derecho a usar armas. De todos modos, el mundo abriga la esperanza de que el presidente Biden logre no sólo reducir sino suprimir la fabricación, comercialización y uso de armas en su país; de otro modo, habrá que esperar y temer anarquía en los Estados Unidos y su consiguiente consecuencia: caos que destruye, no discrimina y mata sin misericordia.
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