El explorador francés Grondona y la Chiquitania

En el año 1833, el francés José Esteban Grondona basándose en sus observaciones elaboró una de las más significativas descripciones de la Chiquitania. Olvidado por la historiografía actual, se desconoce casi todos los datos biográficos de este personaje, pero sí sabemos que tenía la profesión de mecánico. Luego de permanecer un largo período en el Brasil y Argentina, se estableció en Chuquisaca, en 1827, donde se dedicó a su oficio. Sin embargo, al no encontrar mucho trabajo en la capital decidió retornar al Brasil, pasando por Chiquitos.

Forzado por las lluvias a permanecer en dicha región por el período de cinco meses y aunque no contó con instrumentos de medición o auspiciadores, levantó un informe minucioso sobre los puntos: descripción física, producciones, descripción social, causas del atraso de Chiquitos, plan de reforma y conclusiones. Es necesario mencionar que Grondona enfatizó la peculiar aptitud imitativa de las poblaciones chiquitanas que lograban reproducir instrumentos musicales de cuerda, en talleres rudimentarios.

Entre otras observaciones, también destacó las gestiones del Libertador, para obtener la libertad de Bonpland, apresado en ese entonces en el Paraguay. Amigo del célebre Alcide d’Orbigny, en su informe menciona que compartieron datos sobre minería: “a las 20 leguas de Santo Corazón, hay una mina de fierro magnético a todo el cuerpo del cerro, y cuyos cristales son unos octaedros regulares. El citado naturalista d’Orbigny me habló de ella con tanto interés, que me animé a fundir en San Ignacio, al fuego de una fragua, una libra del mineral de la referida mina, de la cual saqué como 6 onzas de fierro colado…”, escribió.

Impulsor de la idea de los ríos orientales como vías de comunicación, escribió: “la facilidad de la navegación por los ríos Plata y Amazonas para la provincia de Chiquitos y el incremento de su agricultura, así como el establecimiento de las artes y el comercio, no penden sino de la concesión de su libertad a los naturales, para la cual están más que suficientemente dispuestos. Los milagros que producirá este cambiante de cosas serán asombrantes y del mismo modo como se ve crecer un caudaloso río de las más pequeñas fuentes”.

Por otro lado, nuestro biografiado evidenció la invasión brasileña a Bolivia, acaecida en 1825, sobre este tema apuntó: “han dicho que es muy peligroso abrir puertas y caminos para la frontera del Brasil, porque los brasileros, fingiéndose barbaros, habían internado y robado el ganado de las estancias, matando y llevándose a la gente; que el gobernador Ramos, en su defección del año 1826, se llevó 400 familias del solo pueblo de Santa Ana, que aún existen en el Brasil; y, finalmente, que los brasileros han salido sobre toda la raya de sus confines, usurpado más de 1.500 leguas de este lado”.

A modo de conclusión, en palabras de los esposos Mesa Gisbert podemos decir, que Grondona “nos da una obra de gran calidad que, pese a no ajustarse a un estricto sentido científico, es muy útil para apreciar el estado en se hallaban las provincias durante los primeros años de la república”.