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Según empresarios

En manos del Gobierno, salvar empleo o aumentar desempleo

> La reactivación de la economía todavía está lejos, el sector privado espera medidas efectivas de parte del Ejecutivo para encaminar la misma; y el contrabando es otra amenaza a la producción nacional


Jaime Ascarrunz Eduardo, presidente de los empresarios paceños.
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Todo el empresariado se une en torno de congelar el aumento salarial para la presente gestión, ya que aseguran que el boliviano no perdió valor adquisitivo el 2020, por lo que solicitan a las autoridades nacionales velar por el empleo, de darse un incremento provocará más desempleo por el cierre de empresas.

Uno de los puntos a tratar en el pliego petitorio de la Central Obrera Boliviana (COB) se refiere a un aumento salarial al haber básico de 5 % y al mínimo nacional en el mismo porcentaje, cuya propuesta es rechazada por el sector empresarial.

Por ejemplo, el presidente de la Cámara Departamental de Industrias de La Paz (Cadinpaz), Pablo Camacho, afirmó que por cada punto de incremento salarial se pierden 10.000 empleos formales, además también afecta a las empresas, que algunas optan por cerrar, y se reduce la producción Hecho en Bolivia.

El presidente de los industriales paceños reiteró que, en 2021 en lugar de un ajuste salarial, se deben promover políticas públicas de reactivación, entre las cuales citó la lucha al contrabando, la reducción de la tramitología en el sector público, la creación de un Fondo de Garantías y Créditos Estatales, el impulso de zonas económicas especiales con incentivos fiscales y el impulso del consumo con sello “Hecho en Bolivia”.

El miércoles pasado, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) se pronunció al respecto del aumento salarial, y señaló que de darse el mismo, reducirá el empleo formal, y el desempleo aumentaría a nivel nacional.

Es por ello que expresó su rechazo a la ausencia de participación del sector privado, a través de un comunicado, argumentando que los datos del panorama económico en el país muestran una realidad que dista, sustancialmente, de una reactivación económica.

La Paz

Por su parte, el presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (Feplp), Jaime Ascarrunz Eduardo, informó que en el análisis realizado por esta entidad paceña, se puede advertir que el punto central del Pliego de la COB 2021, es el pedido de un incremento salarial al haber básico de 5 %, y también el incremento al salario mínimo nacional de 5 %.

“Ambas peticiones vienen seguidas del planteamiento de ‘Estabilidad laboral en todos los sectores sin excepción’, aunque el documento no especifica ni desarrolla este concepto, y queda solamente como una formulación abstracta, pero no por ello carente de importancia”, complementó.

Respecto al incremento salarial demandado, hay que recordar que en la legislación laboral, el Órgano Ejecutivo tiene atribución y competencia únicamente con respecto a la fijación del Salario Mínimo Nacional, y no así con relación al haber básico de los trabajadores, puntualiza.

En efecto, la Ley General del Trabajo, en su Artículo 52, dispone lo siguiente: “Â…...No podrá convenirse salario inferior al mínimo, cuya fijación, según los ramos de trabajo y las zonas del país, se hará por el Ministerio de Trabajo”.

Por su parte, el Artículo 46 del Decreto Reglamentario (D.S. 224, de 23 de agosto de 1943), establece: “El Ministerio de Trabajo fijará periódicamente los tipos de salario mínimo vital. Dicha fijación se hará por regiones geográficas y económicas por categoría de trabajadores, sujeción a los principios y métodos que dicho Ministerio determine”.

Por lo tanto, ninguna de dichas normas faculta al Órgano Ejecutivo a fijar un porcentaje determinado de incremento al haber básico. Esto condice, además, con la práctica de décadas en el país.

Generalmente, el salario básico es negociado en el ámbito de cada empresa con el sindicato respectivo o bien con un comité de negociación de los trabajadores; el resultado de ello un convenio colectivo que, luego, se inscribe en el Ministerio de Trabajo.

La experiencia ha demostrado la conveniencia y efectividad de esta modalidad de ajuste del haber básico: las negociaciones entre empleadores y trabajadores permiten compatibilizar las expectativas salariales con la realidad de la empresa. Y no solo eso. También posibilitan acordar metas y resultados de gestión, los cuales pueden incluir otros beneficios para los trabajadores, asegura.

El tratamiento del salario mínimo nacional tiene una lógica diferente, puesto que se halla condicionado por el comportamiento del mercado laboral: si el desempleo baja, el salario tiende a subir; y a la inversa, cuando el desempleo sube, el salario se estanca e, incluso, puede mermar para los nuevos empleos, especificó.

Se explica así que durante la década pasada las tasas de desempleo se movieran a la baja, fluctuando alrededor de 4 %, lo que para los empleadores significó una mayor dificultad de conseguir mano de obra.

La escasez relativa de trabajadores en el mercado se reflejó en la política de incremento sostenido del salario mínimo nacional. De hecho, el salario mínimo creció más de tres veces entre los años 2010 y 2019, señala la nota de prensa de la Feplp.

INCREMENTO

La trayectoria de incremento sostenido del salario mínimo, y sin la contrapartida de aumentos de productividad laboral, causó daños a muchas empresas, cuyos costos laborales se dispararon, y por lo cual se vieron impedidas de acrecentar sus actividades y de acometer nuevas inversiones, especialmente por parte de las pequeñas y medianas empresas, que son los mayores generadores de puestos de trabajo.

Ahora bien, la recesión económica desencadenada por la pandemia, ha modificado radicalmente el panorama del mercado laboral. En apenas meses, el desempleo ha pasado de una tasa promedio de 4 % en el primer trimestre de 2020 a una tasa de 11 % en el segundo trimestre, y que luego se ha mantenido en buena parte del segundo semestre.

En lo que va de este año la recuperación de la actividad económica es lenta y desigual, lo que también explica que la tasa de desempleo se mantenga en niveles elevados, de alrededor de 8 % en el primer trimestre de 2021.

Un reciente sondeo realizado con empresarios de La Paz, sobre el impacto del covid-19, muestra que tan solo el 11 % de las empresas consultadas no pararon sus actividades, mientras que el 89 % de empresas sí lo hicieron, y en distintos grados; no obstante ello, las empresas mantuvieron la obligación del pago de salarios a sus trabajadores .

El camino alternativo que los empresarios paceños proponemos es un plan de reactivación integral y acelerado enfocado en la preservación del empleo existente y en el fortalecimiento de las capacidades empresariales y emprendedoras de los bolivianos para la generación de nuevos puestos de trabajo, y sobre todo de empleo formal y digno, en este plan de reactivación se debe abordar la estabilidad laboral.

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