Edgar D. Ergueta Ávila
El Foro de Davos No 51 se realizó del 25 al 29 de enero, de forma virtual, bajo la conducción del presidente de China, Xi Jinping, quedando pendiente la segunda parte de la cita para llevarse a cabo en el mes de mayo en la ciudad de Singapur, esta vez en forma presencial, dado que se espera que el problema del covid-19 quedará superado para entonces.
Se comenta este evento tal como fue comprometido en el mes de febrero. La reunión contó con más de 1.500 participantes, entre los cuales se contaron 14 jefes de estado, como ser los presidentes de Francia, Italia, Alemania, India, Argentina, Colombia, entre otros. Igualmente, líderes empresariales de grandes compañías como Microsoft, Salesforce, CNN, etc., jefes de organismos multinacionales como Naciones Unidas, Unión Europea, Organización Mundial del Comercio (OMC) y otros similares, connotados economistas, prensa especializada, invitados especiales y demás personalidades.
La reunión empezó muy auspiciosamente, bajo el lema “el gran reinicio”, tratándose, en primer lugar, el tema de la pandemia covid-19, la misma que, en opinión del auspiciador y creador del evento, el alemán Klaus Schwab, sensibilizó a la gente globalmente para aceptar los cambios económicos y sociales más significativos y oportunos posibles, tendientes a reiniciar un mundo más sano, más equitativo y más próspero.
En consecuencia, la primera tarea mundial sugerida por el Foro fue la recuperación sanitaria y económica de los países, para lo cual recomendaron que se preste la máxima cooperación internacional, cuidando de que ninguna nación quede rezagada ante el peligro de no erradicar completamente el mal; de la misma manera, impulsar una recuperación económica inclusiva, para lo cual se considera indispensable el apoyo fiscal coordinado de los gobiernos.
Las intervenciones de los presidentes de China y Rusia pueden ser interpretadas como una llamada de atención a la nueva administración de Estados Unidos, en sentido de fortalecer el intercambio comercial mediante la restructuración de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el control de armas convencionales y nucleares, para evitar una nueva guerra fría o nuevos conflictos bélicos que podrían desatarse en el futuro. Por otra parte, la Presidente de la Comisión de la Unión Europea pidió frenar el inmenso poder de los gigantes de internet, exigiéndoles transparencia y responsabilidad e, igualmente, pidió reglas válidas mundiales en torno a la economía digital. El presidente de la India aprovechó para recalcar el poder de su país en la producción y provisión de fármacos y su papel clave en la lucha contra la pandemia, acentuando su actual labor en la distribución de vacunas a países africanos. La intervención de la Canciller de Alemania giró en torno a las enseñanzas de solidaridad que deja la pandemia y expresó que “las naciones industrializadas se han vuelto demasiado introvertidas y no estamos haciendo lo suficiente para ayudar a los países en desarrollo”.
En cuanto a materias más propias del Foro y según lo expuesto por Klaus Schwab, era de interés asumir metas económicas y sociales ambiciosas, sobre todo, tomando en cuenta la necesidad de una seria transformación del capitalismo, dada la inequidad en la que se desenvuelve el mundo en la actualidad y el descontento generalizado que ello provoca. En tal sentido, la determinación de metas más audaces requería de más largo plazo, por lo que se convino tomar el año 2030 como año base de las propuestas.
Dentro de esta tónica, el multimillonario y principal patrocinador del Foro, Bill Gates, planteó que “a partir de 2021 la forma de viajar de las clases medias debía cambiar rotundamente”, ya que los vuelos se restringirán sensiblemente, debido a su alta contaminación y a los efectos que tuvo sobre ellos la pandemia en 2020. Ello significa, dijo, que deberán volver los viajes en tren. Para vender al público esta idea el Foro indicó sugerir "lo maravilloso que es hacer viajes en trenes nocturnos" como sucedía en la década de los 80.
Otro planteamiento importante relativo al capitalismo fue la predicción del mismo Bill Gates, en sentido de que en un futuro cercano la propiedad privada será irrelevante y debería ser eliminada.
Hubo voces para tratar otros temas como: el consumo de carne deberá bajar debido a la alta contaminación ambiental y el desperdicio de tierras cultivables que deja el ganado; los impuestos deberán ser más elevados para empresas contaminantes; los trasplantes de órganos se los deberá hacer con órganos genéticamente producidos, de modo de evitar la especulación.
Si bien esos planteamientos muestran las preocupaciones ambientalistas del Foro, resulta válido un comentario final, tomando en cuenta que algunas propuestas, como el fin de la propiedad privada y la importancia de que en el futuro primen los viajes por tren para la clase media, que desdicen las intenciones manifestadas en el mismo Foro para transformar y hacer más equitativo el capitalismo. Esto si se considera que los comentarios provienen del cuarto hombre más rico del mundo, Bill Gates, con grandes inversiones y propiedades privadas, lo que resta credibilidad a sus propuestas.
Edgar D. Ergueta Ávila, Consultor Internacional, ex funcionario del A. de Cartagena y ALADI.
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